Me encantó el nombre con el que Panamérika
tituló la serie de conciertos que sucederían después del festival, porque si la
semana anterior no fue suficientemente intensa, ésta llegó con todo!
Tuve mucha suerte de que algunas bandas que
quería ver, y no pude, hicieran presentaciones
El martes fui al Imperial.... En mi trabajo
doy un curso sobre servicio al cliente y hay una parte en la que explico cómo
las "sorpresas" negativas o positivas marcan la diferencia en
cualquier tipo de experiencia, y para mi Aurora definitivamente fue algo que no
me esperaba.
Yo iba con la única expectativa de ver a La
Bien Querida, pero entramos justo en el momento en que Aurora comenzaba a
tocar, desde la primera canción me fueron conquistando, salió el típico
comentario de "oye suenan bien" y mi opinión se confirmaba mientras
avanzaba la noche, tienen un sonido bastante fino, llegaron a recordarme
algunas bandas emo que escuchaba por ahí del 2002, e incluso tenían sus toques
de postrock. Si algo me gusta de una banda es que estructure perfectamente sus
variaciones de ritmo, que sus valles y montañas estén tan equilibrados que no
quisieras que terminaran, y ese es el
caso de los españoles.
Ya tenía rato que no veía una agrupación que expresará
tanto como disfrutan ejecutar sus instrumentos, se mostraban realmente
apasionados y conectados con sus composiciones y entre ellos, tenían una
dinámica interesante, se mostraban tímidos ante el público pero tocaban con
toda la seguridad y calidad del mundo.
Nunca había visto a La Bien Querida en vivo y
esa fue una sorpresa más, desde que la vi entrar al lugar y pensé "Dios
mío, su cabello me da miedo". Su sonido en directo es definitivamente más
crudo de lo que me esperaba y vaya que me gustó, letras extraídas del corazón
cubiertas por una densa oscuridad con guitarras completamente sucias.
Fue una pena que el audio tuviera tantas
fallas, al punto de enfadar a Ana y a uno de sus músicos, yo no entendía bien el
problema, por más que mi amigo trataba de explicarme, lo que sí fue que el
micrófono tenía un vicio horrible que atropellaba su voz.
A pesar de todo disfrute mucho ambos actos, y
el final fervoroso con Jota Planeta acompañándolos, sin duda algo que no vemos
todos los días, es la ventaja de tener una gran comitiva española actualmente
en nuestro país.
El miércoles toco Kakkmaddafakka en Caradura,
hasta tuvieron doble función y yo no sabía, salí corriendo de la oficina para
llegar temprano a conseguir los dichosos boletos. Cuando entramos ya estaba
atascado de fans apasionados que casi los desnudan cuando ingresaron al lugar desde
la pista.
Los conocí gracias a los buenos comentarios de Erlend
Oye, sin duda son divertidos, con melodías pegajosas coronadas con letras
simples y directas, muy a la Withest Boy Alive, esperaba poder verlos en el
Vive, pero su horario no ayudó en nada, afortunadamente la “segunda oportunidad”
volvió a hacerse presente y pude apreciar a estos noruegos con su música
caliente. Tuvieron el detalle de aprenderse unas cuantas palabras cliché en
español que lograban hacerme sonreír, desde el “señoritas” hasta el “puta madre”
o incluso “Caradura”, pero lo más gracioso fue cuando invitó a que dieran unos
cuantos pasos atrás diciendo “You need to have respect for the ladies”.
Tienen canciones sumamente funk, y esas
guitarritas tropicales que tanto me gustan, definitivamente hacen que la pases
bien, aunque me hubiera gustado tener más espacio para poder “echar el dancing”
sin embargo todos estaban enloquecidos, brincando y cantando, era un ambiente totalmente
juvenil, creo que estaba sucediendo el mismo fenómeno que con Two Door Cinema
Club, al ser una banda tan digerible se vuelve fácilmente aceptada por este
público, de repente me sentía en evento patrocinado por Nikelodeon, yo la pasé muy bien.
Me llama la atención cómo es que todas estas
bandas de paliduchos escandinavos están haciendo música tan cálida y festiva,
se vuelve un poco bizarro, pero es bien interesante ver a este tipo de
agrupaciones que parecen traer el fuego por dentro, de hecho al ver la efusión de
las niñas que estaban ahí me recordaron a mi misma hace 10 años exageradamente emocionada cuando veía bailar a Erlend “I’d Rather
Dance With You”.
Eso me hizo pensar…. El martes me sentía
fuera de lugar porque la mayor parte de los asistentes parecían tener ya
bastantes años “de experiencia”, y este día fue todo lo contrario, un 90% de
participantes no contaban con identificación. No sé qué sucede, últimamente me
fijo mucho en eso, cómo platicaba con un amigo: tal parece que estoy en un
limbo generacional, afortunadamente la música en sí misma no hace diferencias y
es una de las muchas razones por las que la amo, me encanta disfrutar de todas
las variantes que tiene por ofrecer.
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