Mi tercer show de Yo La Tengo y sigo emocionándome como la primera vez!
Llegamos a un Plaza Condesa prácticamente vacío que afortunadamente fue llenándose
poco a poco.
Movus, a los cuales decidimos llamar “Mowgvus”, (si estuvieron ahí seguro
entienden porque) abrieron el evento. Y Ahora si! Estábamos listos para un setlist
que duraría lo que unos 5 de Alt-J.
Desde que salió “Fade” había
estado viendo vídeos de presentaciones en vivo, por lo que esperaba un concierto
bastante sensible, pero hubo mucho más que eso, desde el inicio hubo
estridentes solos de guitarra que nos agitaron con toda su potencia, y así fue
toda la noche, pasaban de melodías oscuras e intensas a otras mucho más
tranquilas que me remitían a amplios campos verdes.
Mi momento favorito fue definitivamente “Mr. Tough”, pudimos bailar
felices y olvidarnos del ambiente tan extraño que se vivió ese día: porque siempre
hay gente platicando, que no sabes porque es que van a un concierto de algo que
en realidad no les gusta, pero ese día fue todavía más evidente, primero llega
una pareja (que se notaba cero interesada en la banda) y se meten casi hasta
adelante para pararse frente a nosotros, ok… no pasa nada, de repente comienzan
a hablar bastante fuerte sobre su último viaje a Acapulco y el futuro “finde” a
“Cuerna”… Se iban haciendo más molestos
porque su conversación a gritos nos distraía de lo único que fuimos a hacer ahí:
escuchar a Yo la Tengo. De repente se callaron para poder revisar sus
respectivos Facebooks, perfecto! Podríamos seguir sin problemas… pero nos duró
poco el gusto, en menos de una canción comenzaron a hablar nuevamente para después
tomar fotografías incesantemente. Por Dios! ¿Para qué tomas fotografías de algo
que se nota ni siquiera estas disfrutando? Terminaron siendo tan molestos que
nos tuvimos que mover! Así es como un grupo de 7 personas se prefiere retirar
por un par de idiotas, todo para terminar en otro punto dónde la gente nos
empujaba cada 2 minutos para poder pasar por cervezas de manera constante, en
verdad resulto sumamente incomodo.
Otra cosa extraña fue que en algunas canciones la batería rebotaba muchísimo
y generaba un eco en la parte de atrás que no nos había tocado nunca en ese lugar.
Afortunadamente hubo muchos momentos de atmósferas tranquilizadoras que
me hacían perderme en la música y dejar pasar todo lo que sucedía a nuestro rededor.
Algunas canciones de Yo la Tengo pueden ser bastante largas y repetitivas,
pero me envuelven de tal manera que no dejan que me aburra ni por un segundo,
aunque las alargaran aun más.
Fue una presentación muy diferente a las anteriores debido al peso de “Fade”
en el set, y eso me encantó porque lo hizo un show mucho más intimo de lo que había
podido ver de ellos.
Romántico, melancólico, esperanzador e intenso, para mí así fue esta ocasión,
ojalá no tenga que volver a esperar tantos años para que se repita.