No había tenido la oportunidad de ver a Mono en vivo, pero esta vez sí se me hizo, desde unos días antes estaba muy ansiosa por saber cómo iba a ser...
Tardaron un par canciones en agarrarme, al principio no sucedía nada, los escuchaba y me gustaba pero no más. Fue justo en la tercera canción cuando sucedió: como sí las ondas de sonido se transformarán en luz, la cual cayó como un rayo sobre mí e inundo mi cuerpo. A partir de entonces comencé a sentir la música, fue cómo introducirme en una película que en varias ocasiones me remontaba a un funeral, pero sin sentimiento de perdida ni dolor, simplemente esa sensación de solemnidad un tanto oscura (con lluvia, sombrillas negras y toda la cosa). Y entonces caí en un vaivén que sólo podría describir cómo movimiento de agua, la música me mecía de un lado a otro, incluso cuando la sala se llenaba de distorsión.
Creo que lo que más disfrute fueron los arpegios de guitarra combinados con la fuerza de la batería, y por si no fuera poco, incluso en algún momento sonó un bong que avisaba que en ese momento el espació era sólo de ellos.
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