Tenía
muchas ganas de conocer San Francisco, varias personas me habían comentado que
era una ciudad idea para mí, desafortunadamente no me enamoró tanto cómo
esperaba. En algunos aspectos es muy similar a Seattle, sin embargo, en este
lugar de California no sentí esa vibra musical que logra enloquecerme.
Para
empezar no llegué a un lugar muy lindo que digamos, era como estar en una película
de crimen, dónde sentía que podía morir acuchillada en cualquier momento, y la
cantidad de gente sin hogar, a lo largo de la cuidad resulta devastadora.
Hay
lugares increíbles, el contraste de arquitectura victoriana de las Painted
Ladies frente a los altos rascacielos es algo que se debe ver. El “City Hall” y
“Palace of Fine Arts”, me dejaron sin habla desde el momento que los vi, son
lugares completamente hermosos y románticos, no por nada me tocó apreciar un
montón de bodas en tan sólo unos minutos, no cabe duda que se respira amor en
dichas construcciones. Castro también me gustó, lamentablemente estaban
arreglando la calle, por lo que muchos comercios estaban cerrados y otros no
lograban observarse del todo bien, de
cualquier forma la gente es muy amable y con cierto sentido de orgullo y libertad.
En
cuanto a Outside Lands, es impactante irse sumergiendo en un bosque para
entonces llegar al centro de un festival, las distancias entre escenarios eran
un tanto largas, y no permitían saltar de uno a otro como en otros casos, sin
embargo pude presenciar los actos que más me interesaban. El clima hizo de las
suyas: muchísimo frio en sábado y un “Sunday” que definitivamente le hacía
honor a su nombre.
Es
un festival mucho más concurrido de lo que imaginaba, lo que dificultaba el
acceso a los servicios y la variedad de opciones culinarias no fue tan amplia
como esperaba. No obstante, de haber contado con más tiempo, las tierras de
cerveza y vino habrían resultado una gran experiencia, como lo fue presenciar una
obra de improvisación en la que participó Patrick Stewart.
Vi los shows
de Trails and Ways, Jagwar Ma, The Kooks, Local Natives, Death Cab for Cutie,
Tom Petty and the Heartbreakers, Lucius, Jenny Lewis, Haim, Lykke Li, Ben Howard,
Spoon, The Flaming Lips y The Killers.
De
los cuales sólo vale la pena destacar lo siguiente:
Trails
and Ways y Lucius son un par de bandas relativamente nuevas que me conquistaron
por completo, ya se habían llevado parte de mi corazón, pero verlos en vivo me
hizo confirmar la calidad con la que tocan y lo divertido de sus canciones
Aunque los Lucius ya cuentan con una base de
fans mucho más nutrida, no tengo duda que cuando Trails and Ways por fin saquen
su disco será una explosión de éxito y vaya que lo merecen, porque no sólo
cuentan con una buena propuesta, sino también porque pude comprobar gracias a
su líder, Keith, que son chicos sencillos y agradables. Su música me recordó
mucho a The Whitest Boy Alive y Extraperlo, lo cual resulta curioso porque
incluso físicamente tienen algo que los relaciona.
Los Flaming Lips siempre logran sacarme una
gran sonrisa, su espectáculo bizarro e infantil hace fluir mi lado más pueril y
me divierte como enana, fue uno de los momentos más emotivos del festival,
cuando escuchaba “Yoshimi Battles the Pink Robots” mientras disfrutaba de un
postre delicioso, fue como tener 10 años por un instante y eso lo
hizo memorable. Al final “Lucy in the Sky with Diamonds” consiguió que la gente
perdiera la razón y aquello se volvió
una fiesta psicodélica.
Local Natives dieron la buena noticia de que
están por terminar su tercer disco, no puedo esperar por escucharlo! Y mientras
tanto ejecutaron un set lleno de canciones que hicieron me estremeciera
brutalmente, cuando tocaron “Sun Hands” no podía dejar de brincar y agitarme, ganándose
el titulo de una de mis bandas favoritas en el fin de semana.
Ver
a Death Cab for Cutie fue menos conmovedor que la vez anterior, sentí a todos
sus miembros un tanto serios, no sé si tenía algo que ver con la recién anunciada
salida de Chris Walla de la agrupación, pero
para mí había algo que faltaba. Sin embargo también tuvieron su momento
con “I Will Follow you into the Dark”, fue como si las miles de personas que
estaban ahí desaparecieran y sólo fuéramos Ben Gibbard y yo por unos minutos.
Los
Kooks y Lykke Li me sorprendieron favorablemente. No tenía idea que los
primeros me gustaban tanto y que conocía
todas las canciones de ese día, incluso las nuevas. Estaba vagando en
Chocolands cuando escuché “Junk of the Heart” a lo lejos y tuve que correr para
alcanzarlos, lo disfruté bastante y ya quiero verlos de nuevo. Con la señorita,
me dio mucho gusto encontrarme con una presentación más movida y energética
de lo que esperaba, tiene un sonido bien potente en vivo que es difícil de
imaginar.
Pocas
veces me ocurre que el nuevo disco de alguien que sigo desde hace mucho tiempo
se convierta en uno de mis favoritos, pero el “Voyager” de Jenny Lewis es una
de esas excepciones, la fuerza de las letras y la forma en la que Jenny las
vive e interpreta tiene toda la magia del mundo. Y la entrañable “Acid Tongue”
con un gran coro que incluía a Jess y
Holly de Lucius…. Pfff… Priceless!
Jagwar
Ma me hicieron bailar y bailar, lo cual ya hacía falta porque fue el único
momento que se prestó para eso. A Ben Howard le quedó chiquito el escenario, no
obstante emocionó a todos los que estábamos ahí para verlo. Y de las Haim que puedo decir… me EN-CAN-TAN! Aunque ya me se su acto de
memoria, siempre es divertido verlas y esperar a ver que locura se le ocurrirá a
Este en cada ocasión.
En
suma fue una buena experiencia tanto de viaje cómo de festival, pero aun no
llega quien remplace a Bumbershoot en mi #1.
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