jueves, 30 de julio de 2015

Mis días entre el infierno y el caos

En estos últimos meses tuve muchas experiencias fuera de lo normal, y me sirvieron  para aprender algunas cosas y valorar muchas otras, incluyendo el tiempo que perdía en tonterías, me día cuenta que cómo dice la canción “In an Mmmbop they’re gone”, tanto las personas cómo el tiempo. Y sí… de un momento a otro había dejado 5 meses de mi vida atrás y sabía que a partir de ese instante tenía que sacarle provecho a cada segundo porque cómo dice la canción de “Vacaciones en el Más Allá”:

Ya sé que todo se podría acabar ¿y qué?

Era momento de regresar a la realidad y que mejor que con la música, sabía que en cuanto pudiera volvería a apreciarla en vivo y lo disfrutaría como siempre lo había hecho. La primera oportunidad se dio en el Foro Tejedor con la presentación oficial del “Onironauta” de Chio San, aunque ya había visto un show en el España el año pasado, éste tenía un encanto particular porque era el inicio de la gira de este proyecto lleno de sueños y magia. Para mi tiene un significado muy especial, pero independientemente de eso me gusta mucho porque es un disco que puedes escuchar varias veces y no te cansa porque hay canciones para bailar, para llorar, para cantar… para todo y sin duda su presentación en vivo tiene un encanto adicional, es más movido y las piezas visuales proyectadas en grandes almohadas que acompañan el show nos envuelve para generar una atmósfera completamente coherente con el concepto:  los sueños, cómo nos comunicamos con nuestra gente especial por medio de ellos, lo que podemos experimentar en la mente cuando el cuerpo está en reposo. Fue una noche intima, llena de amigos y familia celebrando la vida y el inicio de muchas aventuras de la mano de ese material.


Después de eso tenía unas ganas brutales de echar el dancing, era como sí mi cuerpo lo necesitara después de tanto tiempo y para eso estaba , aplicando las segundas oportunidades, ya que estúpidamente me la perdí el año pasado en el Corona,  no dejaría que me volviera a pasar, aún no tenía autorizado del todo salir a fiestear pero ya nada me detiene así que gracias a una amiga que me invito de último momento, fui a bailar como loca, aproveché que no había tanta gente, aunque no faltaron los platicones del Plaza, creo que hasta a ellos los extrañaba. Fue una presentación muy divertida, con buena sincronía de los visuales y una presencia que no podía más que incitarte a mover las caderas.



Esa misma semana yo seguía con ganas de agitar el esqueleto, y la banda perfecta para hacerlo era Kinky, que hasta ahora sigue siendo mi grupo nacional favorito. Fue un día lleno de recuerdos, ir acompañada de la persona con la que compartía prácticamente todos sus conciertos desde hace 14 años. Las nuevas versiones de las canciones no me gustaron nada, afortunadamente volvieron a tocar un par de las originales, faltaron muchas pero entiendo que después de tanto tiempo no pueden seguir con el mismo set list que cuando tenían 2 discos. Mi momento favorito fue la primera vez que salió la Banda Furioza porque su baile era increíble y completaba muy bien ese ambiente festivo.
Ver un Metropolitan en sold out total me hizo recordar la primera vez que tocaron en el Hard Rock y ayude a vender boletos lo cual resultaba prácticamente imposible porque me enfrentaba a preguntas tan estúpidas como "quien es pinky?" Quien los viera, los muchachos han crecido y no puedo sentirme más feliz por ese éxito tan merecido.


Al otro día era momento de mariconear, nuevamente con la añoranza de la mano. Fue turno de Canseco en el Alicia, ese lugar que me vio crecer, que fue mi segunda casa cuando tenía 15 años y que justo estaba en el ojo del huracán porque estaba en un problema con la delegación, aunque creo que todos sabíamos no pasaría nada porque esas amenazas han sido cosa te todas las semanas desde que yo recuerdo, como sea tenía mucho tiempo que no andaba por ahí y aunque fueran rumores definitivamente no sabemos que puede cambiar de un día a otro así que no me quedaba más que vivirlo como si fuera la última vez. El lugar seguía exactamente como lo había dejado y afortunadamente (para nosotras) estaba casi vacío, lo cual lo hacía aún más nostálgico. El título del disco “Nuevos Tiempos, Viejos Amigos” lo resumía todo.

El momento más bizarro de la noche fue ver a Elli Noise, tenía siglos que no sabía de ellos y era un tanto triste darse cuenta que hay gente que sigue aferrada a hacer algo que no se sí siga funcionando del todo, era como una banda de billar de Coapa, y bueno... No me gusta hablar mal, pero no todos envejecemos favorablemente. Fin.

Canseco... Ay Canseco.... Es imposible cantar y cantar, gritando y manoteando cuando las frases que más apachurran al corazón llegaban a mis oídos, es taaan bonito, siempre me hacen preguntarme en ¿dónde están todos los Euis del mundo? Ya me hacía falta escuchar algo que me pusiera la piel chinita.


Después llegó el día de La Femme que hasta ahora mi concierto favorito del año.

Cascabel definitivamente no es mi estilo y no podía esperar porque terminarán porque seguía con esas ganas insaciables de bailar y no podría haber sido mejor, bailé y bailé hasta despeinarme, habían momentos en los que sólo quería correr al centro de la multitud y unirme a los brincos como cuando era una adolescente, pero la gente del piso de arriba estaba lanzando cosas y representaba un riesgo para mí, así que sólo me dedique a dar mis propios saltos desde el privilegiado lugar en el que estábamos. Su show es increíble, su ritmo, su vestuario, sus movimientos, su buena ejecución, y cuando llegó el momento del riff surfista de Antitaxi #EpicMoment. Tuvimos la suerte de encontrarlos en la calle vendiendo sus vinyles y camisetas, buena onda que encima de buenazos sigan en el DIY.


Ese fin de semana asistí nuevamente al Metropolitan, lo que me resultaba interesante porque es un venue al que ya casi no iba, en fin... Era el turno de Las Nancys Rubias, Miranda! y Fangoria.

Tenía añisimos de no saber nada de los Miranda! Después de haber pasado la mitad de mi preparatoria haciendo todo lo posible para que triunfaran en México y la última vez que los vi tocar definitivamente no era como ésta, pero que divertidos son! Me encantaron esos nuevos pasos de Ale Sergi y estaba sorprendida por la flexibilidad y energía de Juliana, me hicieron bailar y cantar todo el set porque afortunadamente había revisado su más reciente material antes del concierto. Lo disfrute mucho.

A lo que más ganas le tenía era a Fangoria porque nunca los había visto en vivo y siendo el día de la marcha gay prometía bastante pero sólo tocaron unas cuantas canciones de mi repertorio favorito, era de esperarse teniendo una trayectoria tan larga, sin embargo, hubo algo más que no me convenció, le falto fuerza y la gente que al principio parecía tan emocionada no término demostrándolo mientras tocaban, honestamente me desilusionaron un poquito e incluso disfrute mucho más el show de las Nancys, nunca fui fan de su música grabada pero en vivo lograron conquistarme, me hicieron pasar un muy buen rato con su tonti punk tan a los Ramones.

El final lo fue todo, una gran fiesta gay con todos en el escenario, resultó el momento más entretenido de la noche.



Tenía que aprovechar mis últimos días antes de volver al caos así que me auto convencí de ir al concierto madrugador de Los Amigos Invisibles en Wake Up Tag, total, tenía un montón de boletos y nadie quería ir porque era a las 7 de la mañana. No tenía muchas expectativas porque sabía que estaría lleno de Godinez que llegarían tarde a su trabajo por estar ahí. Pero desde que llegué y me recibieron con burbujas en la entrada supe que sería mucho más que eso, el ambiente era increíble, gente bailando por todos lados, malabaristas, porristas, mucha gente con hula hulas, parejas dándole a la “charanga”, de inmediato me contagiaron y me uní a la fiesta a pesar de que sus canciones no me encantan.




A veces creo que deberían llamarme Miss Second Chances, porque esa misma noche la vida me regalaría una más de ver a los Flaming Lips, no importó que me los perdiera en Cumbre Tajín, ahí estaban de nuevo con su hermoso show que siempre me pone tan de buenas, es de esos conciertos que puedes ver mil veces y siempre es divertido, es cómo el mismo Wayne Coyne dijo en conferencia unas horas antes, se trata de darle a la gente lo que le gusta, para experimentar tienen otros proyectos y vaya que saben hacerlo bien, esa fórmula ganadora de hit tras hit es infalible.




Al día siguiente me tocó escuchar por casualidad a Forecast in Rome, ya había oído mucho de él pero no me llamaba la atención y debo admitir que en vivo fue un poquito mejor de lo que imaginaba, sin embargo es de esos proyectos que se quedan dos pasitos antes de conquistarme, siento que ya hay muchas propuestas similares y aunque en el momento lo disfruto no me deja con ganas de repetir.


Más tarde vi a Jean Loup, les traía muchas ganas, lo poco que había escuchado de ellos me había gustado bastante y en vivo me sorprendieron, los veía muy chiquitos y pensaba que no tendrían la misma calidad pero sí que son buenos, les seguiré la pista a ver qué trae esta nueva camada de bandas nacionales.



Para cerrar esa semana: el Festival Neutral. Ya habían pasado casi dos años desde la última vez que veía a Gepe, después de que no me perdía ni uno sólo de sus funciones en la ciudad y ya es algo completamente diferente, es como si se hubiera transformado progresivamente hasta llegar a ser el máximo representante del Moombahton, no soy fan de ese nuevo Gepe, pero como él mismos lo dijo,  en el fondo seguía siendo el mismo, y yo lo seguía amando, tocó varias canciones del “Gepinto” por su decimo aniversario y fue sublime, cuando cantó los barcos casi me roba unas lagrimas. Creo que a pesar de las bailarinas que aun no comprendo y sus movimientos sensuales  aun puedo ver a ese Daniel de hace 12 años y deleitarme con sus lindas canciones.



De Fakuta no diré nada porque no tengo nada bueno que decir.
El que si se merece unas cuantas palabras es Coiffeur, que pinche bonito! En todos los sentidos, las canciones perfectas para un romántico empedernido y en directo tiene el ritmo exacto que te pone a bailar, la fórmula correcta para ese pop que tanto me gusta.


Para la siguiente semana se presentó un dilema: Low Roar VS Jean Loup, sinceramente cuando me avisaron que ya tenía boleto para los Islandeses la decisión estaba tomada pero las cosas no siempre son cómo uno quiere, inesperadamente tuvieron que realizarme una pequeña cirugía y no podría asistir ni a uno ni a otro.


Para ese fin de semana ya estaba lista para volver y sería nuevamente al Metropolitan en el show de 31 Minutos. Fue muy gracioso ver a los adultos más emocionados que los niños, el cual era mi caso, yo estaba más que feliz cantando todas las canciones y mi pequeño sólo trataba de seguirme el ritmo. No sabía que eran sólo unas cuantas personas las que hacían todas las voces y la música, verlos correr de un instrumento a otro y de frente del escenario hacia atrás con sus respectivas marionetas resultaba muy entretenido, tocaron los grandes éxitos del programa, si no es que todos y no nos quedaba más que cantar como enanos, el momento de la noche sin duda fue “Bailan sin Cesar” y eso fue lo que sucedió: chicos y grandes emocionados agitando nuestros huesitos.

miércoles, 29 de julio de 2015

La música detrás del silencio

En lo que va de este año había estado fuera de circulación. Pase por un intenso proceso que me desconectó de absolutamente todo, incluso de la música, simplemente no podía escucharla.
A mediados de febrero, cuando todo comenzó, por varios días sólo escuché el mantra de Tara Verde una y otra vez, después comencé con Sigur Ros y el “Onironauta” de Chio San, pero para  marzo y la mitad de abril permanecí en un silencio absoluto.

Para la segunda quincena de abril decidí despertar, ponerme en marcha y declararle la guerra a lo que me estaba sucediendo, para ello tuve el “Hymn to the Inmortal Wind” de Mono y el “Hardcore Will Never Die, But You Will” de Mogwai, los cuales se repitieron consecutivamente por más de 40 días.

La situación que estaba atravesando requería que pasara prácticamente todos los días entre  4 y 8 horas sentada en un reposet, eran momentos sumamente deprimentes y para acompañarlos estaba Elliot Smith y Efterklang. También hubo una canción de reggaeton que por alguna extraña razón siempre se sintonizaba en mis traslados, sin importar el medio en transporte, la oía al menos 4 veces a la semana, parecía estar musicalizando mi camino al infierno.

Fueron 4 meses en los que no escuché nada más que eso.

Poco a poco me fui abriendo a otras cosas y cuando la situación comenzó a mejorar me di cuenta de lo que me había perdido en este tiempo, lo que más lamenté fue no haber podido ir al concierto de Stars, que tanto había estado esperando, y cómo dicen mis amigos: #MientrasDormía me perdí de muchas cosas, incluyendo los shows Damien Rice, Magic Numbers, The Kooks, Cumbre Tajin y Bahidorá, a los que me habría encantado ir.

Mis amigos me han ido compartiendo las cosas que me pasaron de largo, ahora tengo un cuaderno lleno de discos, libros, película, series, exposiciones y nuevos proyectos que se estrenaron en este primer semestre, con los cuales debo ponerme al corriente.

En mayo por fin pude escuchar el primer disco de Trails and Ways: “Pathology” en el streaming de Hype Machine, después de tanto que lo había esperado, lo amé y no puedo esperar por verlos tocar de nuevo. De inmediato me puse al corriente con el “Kintsugi” de Death Cab for Cutie y “Sound & Color” de Alabama Shakes, los cuales me gustaron bastante, aunque me cuesta trabajo ser objetiva con los trabajos de DCFC, sé que no es el mejor, pero no por eso deja de gustarme.





Sin duda hasta ahora mi disco favorito del año es el “Payola” de Desaparecidos, poder escuchar de ellos después de tantos años fue un deleite para mi, ese lado oscuro de Conor Oberst tiene el poder de ponerme increíblemente feliz.


En cuanto a los pocos videos que he podido ver “Lilly” de Toro y Moi, “Ong Ong” de Blur y el “Stonemilker” de Bjork  me fascinaron, igual que la nueva canción de Beck “Dreams” que definitivamente es mi canción del verano.



En esos días también pude escuchar las probadas de lo nuevo de Robert Delong y Astro, aún no he podido repasar sus placas completas pero pronto me daré el tiempo para ello, de cualquier forma no puedo esperar por verlos tocar en el Hellow Festival, ya que el típico sonido de “Druidas” y   el espíritu ochentero de “Don’t Wait Up” me volaron la cabeza.