jueves, 28 de noviembre de 2013

James Blake

¿Que si me gusta el dubstep? Definitivamente no! ¿Qué si me gusta James Blake? Definitivamente si!..... mmmm…. ¿Podemos volver a la primera pregunta?
Veamos que paso aquí...
Desde su debut no había logrado capturar mi interés, aunque el cover de Feist me parecía "lindo" el resto del disco sólo lograba aburrirme, no lo entendía y cada quien sabe que le gusta y que no, para mí  en ese momento era un rotundo: "paso muchas gracias".
Cuando estaba rompiéndome la cabeza al armar mi horario para Coachella, me encontré con su nombre, tenía cómo 10 minutos “libres” y según yo necesitaba descansar, así que podría pasar por ahí para sentarme un rato… Ya ese día,  estaba hasta atrás del escenario sobre una de las vallas, me acomodé y sin esperarlo quedé totalmente cautivada. No sé que fue, no podía quitarle la mirada de encima, no podía alejarme ni dejar de escuchar, quedé paralizada, me encantó.
                                                                                                                                                                                        
Cuando escuche el Overgrown pensé: si me gusta, me parece mucho mejor que el anterior, pero no es para tanto, no entiendo que pasó.  Cuando ganó el Mercury Prize quedé todavía más desconcertada ¿Por qué ganó? Tenía que volver a verlo! esa sensación positivamente abrumadora no podía haber sido una coincidencia ¿Por qué al oír sus discos no siento lo mismo?
Este lunes llegamos al Plaza  justo para Teen Flirt, no sólo no me gustó, incluso me aburrió y me pareció un tanto molesto. Esas computadoras contenidas, secuencias y juego de niveles me parecían interesantes, pero no era algo que pudiera disfrutar por un tiempo largo ¿entonces que hacía ahí?
Una vez que James subió al escenario nuevamente quedé sin habla…me agrada la forma en la que se mueve mientras toca, el manejo de las luces, su voz, cómo juega con ella, la incorporación de un piano con tanta presencia y la generación de atmosferas. Pero lo mejor es la forma en la que hace vibrar tu cuerpo, sientes literalmente golpeteos rítmicos en todas tus cavidades, hace que te muevas incluso involuntariamente, logra subir tus niveles al máximo para dejarte caer súbitamente con silencios muy marcados y en ocasiones prolongados, lo cual sólo se aprecia en vivo.
                         
Fue un buen concierto,  tuvo de todo, mis momentos favoritos fueron “Limit to your Love” porque describe perfectamente esos cambios impetuosos y “Voyeur” que me hizo bailar sin control.
Nunca había visto el Plaza tan lleno, me sorprendió incluso para ser lunes, ya se está haciendo una muy fea costumbre en ese recinto que la gente se dedique a hablar constantemente mientras tratas de disfrutar el show, mejor nos fuimos hacia atrás y era complicado moverse entre la gente, cuando me di cuenta estábamos en el lobby y hasta ahí habían personas, en momentos tras un par de acordes de piano sólo lograba escuchar un coro de “sshhhttss” que son igual de molestos y nunca logran su cometido. Tratamos de avanzar ahora del otro lado y cuando por fin encontramos un lugar nos topamos con unos cuantos personajes, una chica que se desplomó sobre mí de lo borracha que estaba, un señor de unos 60 años que se dedicaba a manosear a su acompañante y algunos otros que bailaban sin cesar.
Noche interesante que me dejo bastante satisfecha, si se da la oportunidad lo repetiría sin dudarlo.
 

domingo, 24 de noviembre de 2013

La Última Noche del Mundo

Inicié este texto varias veces porque no quería sonar ridículamente cursi, pero creo que esa la única manera…. Era el año 2002 cuando llegó una banda a cambiar mi vida, así de sencillo.
Recuerdo ese momento… no sé si era el primero o el segundo Happy Fest que se hacía en el DF, era una casa muy lejana, según yo por el Ajusco, una noche llena de nuevas propuestas y bandas que ya habían ganado mi corazón, sin embargo de entre todas sobresalió Austin, era algo que nunca había escuchado, me preguntaba a mi misma ¿Y por qué estos no cantan? Me pareció algo interesante y ahí comenzó la historia.
Al día siguiente entré a su página y lo que más me llamó la atención fue su estética, me encantaron las playeras que vendían y les escribí un correo preguntando cómo podía conseguir la de “chicos con anteojos azul claro”, Chavo fue quien me respondió diciéndome que podría verlos en el Chopo ya que los sábados iban por ahí a vender el disco, lo cual motivaría mi primera visita al mítico  tianguis cultural. Fue una experiencia que nunca voy a olvidar, cómo ya había quedado de verme con ellos se me hizo fácil llegar sola, yo era una niña de 15 años acabada de salir de una escuela católica, así que desde que llegué al metro Buenavista la gente comenzó a parecerme extraña, justo iba subiendo las escaleras cuando un punk de unos 50 años se me acercó y comenzó a hacerme preguntas cómo “¿a dónde vas niñita? ¿Cómo te llamas? ¿En dónde vives?” por más que avanzaba tratando de ignorarlo él me seguía a dónde fuera, me asusté tanto que preferí regresar huyendo a casa, ya me imagino la risa que le habré causado. El fin de semana siguiente lo intentamos de nuevo, ésta vez me hice acompañar por mi mejor amiga, logramos encontrarlos sin problema, eran Chio y Xna con un par de EPs en las manos caminando a lo largo de los pasillos, nos acercamos a ellos, no traían la playera así que sólo me vendieron el disco, aquel “Austin Tv” que después se convertiría en el nombre de la banda. Desde la primera escuchada me encantó y no paraba de oírlo, recuerdo que por esos días nos habían entregado el único coche que he tenido, y en cuanto salimos de la agencia lo primero que hice fue ponerlo a manera de ritual, como un "remojón musical".
Comencé ir a sus presentaciones recurrentemente, cálculo que los he visto más de 60 veces, a pesar de que a mis amigos no les gustaba, siempre encontraba la forma, aunque fuera sola, lo cuán fue una gran decisión porque gracias a ello comencé a conocer más gente con los mismos intereses que los míos, incluyendo a los mismos Austin.

A un par de meses de habernos encontrado ya estaba yendo con ellos a Monterrey, para lo que a mi gusto ha sido el mejor Happy Fest de la historia, desde entonces viajaba únicamente guiada por la música, ese año pase más tiempo en Monterrey que en mi propia casa. Podría llenar cientos de páginas contando anécdotas al respecto y sobre lo compartido con ellos en estos 11 años pero creo que ese viaje marcó la diferencia. Si bien ya era fan de la banda, en aquel tour comencé a conocerlos como personas, a saber sus gustos, sus intereses, era un poco extraño compartir tanto tiempo con personas que apenas conocía, pero algo inexplicable me daba la seguridad de hacerlo, me hacían sentir cómoda y por fin había encontrado gente con la que podía ser yo misma, con la que podía platicar de cualquier cosa sin ser tachada como la "rara", algo más allá de la música me hacía sentir bien, al punto de que a la fecha a algunos los considero grandes amigos. Íbamos hacia regiolandia cuando la radio empezó a fallar, así que nos pusimos a cantar, mencionaron una canción que jamás había escuchado: "Out of Reach".... fue así, gracias a ellos, como conocí a mi banda favorita, aquella canción de The Get Up Kids me había enganchado y volviendo al DF lo primero que hice fue buscar el disco en el que venía, desde ese momento quede totalmente enamorada.
En todo este tiempo pasaron muuuuchas cosas, los hice parte de mi vida, fui creciendo junto con ellos y estuvieron presentes en etapas y decisiones importantes de mi historia. Desde el inicio creí en su proyecto, siempre pensé que era una banda especial y merecían todo el éxito del mundo, así como la gente merecía conocer su música, por lo que cada que podía trataba de compartirla, he celebrado sus logros como si fueran parte de mi familia. Debo de admitir que sólo he escuchado un par de veces cada uno de sus discos, siempre he preferido el sonido en vivo y así era como terminaba "aprendiéndome" las canciones, a excepción del EP, la copia que tengo ni siquiera ha sido abierta, creo que es el disco número 10 que me "repusieron", ya que siempre que tenía oportunidad de toparme con alguien involucrado con la música terminaba regalándole el mío.

Recuerdo perfecto la presentación de "La Última Noche del Mundo" ya había visto el arte del disco por lo que esa noche llevé conejos de chocolate para todos. Yo iba con un amigo dueño de una disquera en Argentina y entonces manager de Miranda, Los Látigos y DJs Pareja, para mí era de vida o muerte que los viera mientras estaba aquí y no podía haber mejor ocasión. Yo estaba sumamente emocionada, era un día importante. Fue en el Alicia y desde que llegamos mi amigo hizo una cara de: "Dios mío me van a matar", de por sí le habían dicho cosas horribles del país y el lugar no parecía el más bonito, se negaba a entrar, pero lo convencí y una vez que escucho a Austin todo su miedo desapareció y quedó encantado.
A partir de ese momento todo comenzó a cambiar, mientras pasaba el tiempo los lugares en los que tocaban eran cada vez más grandes y los admiradores eran incontables, me sentía sumamente feliz por ellos, sin embargo todo pasó muy rápido y yo no dejaba de ser una niña, por lo que a ratos me costaba trabajó aceptar que las cosas fueran diferentes, y era sumamente dramática al respecto, afortunadamente después pude madurar esa parte.

Sea como sea siempre siguieron ahí, ya sea por medio de su música o como personas, fui muy afortunada al poder compartir giras, escenarios, premios, alegrías, tristezas y muchas otras cosas, pero lo más importante: la pasión por la música. 
10 años después llegamos a la celebración de "La Última Noche del Mundo". ¡Qué rápido pasa el tiempo! Y ¿Qué tan importante era para mí? Pues mi mamá estaba por ser dada de alta en el hospital y cuando le conté del concierto ella misma me dijo: "¿qué haces aquí? Deberías estar con ellos" y cómo dice una canción de Astrud "para cada cosa hay una vez que es la última" y como no sabemos cuándo será decidí ir corriendo para El Plaza.

Llegué justo cuando estaban subiendo al escenario, me dio gusto ver caras conocidas desde que iba entrando, incluyendo a algunos de sus papás y a gente que ha estado con ellos desde el inicio, al mismo tiempo que chicos nuevos con la edad que yo tenía cuando los escuché por primera vez.
Desde qué vi a esos conejos en escena se me puso la piel chinita y llegaron a mí un montón de recuerdos, comenzaron a tocar y mi cuerpo reaccionó en automático, aunque no había escuchado esas canciones en un buen rato ya era como si vivieran dentro de mí, todo el ambiente género una atmósfera especial, los reflectores que me daban directo a los ojos me hacían notar que eran esos mismos conejos de hace años pero en otro momento de sus vidas, veía las siluetas de sus orejas proyectadas en los muros y recordaba muchas de sus presentaciones anteriores. Me siento muy orgullosa al ver cómo han evolucionado como músicos y como han crecido como personas. No cabe duda que lo que crearon juntos es algo mágico que perduraró por el resto del tiempo, como sólo la música puede hacerlo.
Les agradezco por todos estos años, por su música, por incluso haber intentado enseñarme a crearla (aunque ya sabemos que no es lo mío), por formar una parte importante del soundtrack de mi vida y por haber compartido un sueño hecho realidad con millones de personas que seguramente buscaban algo en que creer, es magnífico saber que su música ha llenado los oídos y corazones de tantos.
Su andar por la historia del rock en México ha dejado una huella importante, pero creo que aún más importante es la marca que han dejado en la vida de muchos.

Gracias! y como dice TGUK: buenas noches.



martes, 19 de noviembre de 2013

La gente buena sólo goza nunca hay pena ¿pa' que sufrir?

A diferencia de otros conciertos, ésta vez me tardé en decidir sí ir o no a Devendra Banhart, me gusta muchísimo pero tenía pensado ir con un amigo, desafortunadamente no pudo venir a la ciudad y eso me hizo emberrincharme, aunque después de conocer algunas opiniones de la primera fecha no pude resistirme y terminé yendo a la mera hora.
Ya había hecho otros planes, así que estaba en el centro con un par de amigos cuando de la nada salí corriendo al Plaza Condesa, el tráfico era horrible y mi entrada en esta ocasión no fue nada triunfal ni elegante, llegué 20 minutos después de que había empezado, avanzaba rápidamente esperando encontrar boleto, una vez dentro seguí en el rush para comprar algo de tomar y encontrar a un cuate que ya estaba ahí, todo en cuestión de minutos. Pero una vez frente al escenario me bastó respirar profundamente para dejarme envolver por la tranquilidad de la música.
De las veces que había visto a Devendra ésta es la que más me ha gustado, me llevó de la tristeza más profunda a la felicidad extasiante, y me refiero a emociones recónditas no estados de ánimo manipulados únicamente por el ritmo, era algo más allá.
Definitivamente es un compositor que deja ver sus vivencias en las canciones y aunque las letras en ocasiones no tengan mucho sentido la música las rebasa y lo deja todo claro.
Al parecer este nuevo look ha dejado a muchas enamoradas ya que la mayor parte del tiempo podían escucharse los gritos femeninos cual adolescentes, creo que ni en el concierto de Hanson (en su faceta de adultos) me había tocado ver algo así.
Aunque me perdí un par de canciones el resto del show valió mucho la pena.

domingo, 10 de noviembre de 2013

"Botitas"

Quienes me conocen saben que Halloween es mi fecha favorita del año y una fiesta de Marvin con Little Boots dónde el premio mayor eran 6 meses de conciertos en El Plaza no sonaba nada mal, el destino impidió que me disfrazara pero esperaba ver las producciones más originales de la historia, desafortunadamente no fue así.
De por si llegamos justo cuando estaba por comenzar y las luces ya estaban apagadas, pero aun así no se veían muchos disfraces y menos que fueran realmente sorprendentes. Lo que si me sorprendió fue la cantidad de gente que había en el lugar, eran pocos para lo que creía que habría.
Al inicio me desilusione y pensé en mejor ir a otro lado, pero después de la primera canción yo ya estaba súper conectada y no deje de bailar, incluso me pareció que duró poquito, Victoria sabe cómo armar una buena fiesta, cerca del escenario se notaba que la gente estaba muy feliz y prendida mientras los que estábamos hacia atrás nos dedicábamos a movernos y observar los disfraces.
No fue un concierto del todo sobresaliente pero la pase muy bien y nunca olvidare su cara cuando falló una de las secuencias hacia el final del evento, fue un “momento incomodo” que por más grosero que suene me dio mucha risa.

Bumbershoot día 3

Claro que no se me olvida!!!
Sólo que se habían atravesado otras cosas en el camino, pero aun no terminaba el relato del último día del festival….
Fue el más tranquilo, hubo menos gente yo iba a relajarme y tratar de disfrutar lo que quedaban de mis vacaciones, llegué por ahí de las 12 para formarme por un boleto para Patton Oswalt, una vez que lo tuve en mis manos vi a BellaMaine, bastante lindo, me recordaron un poco a Stars, con un sonido súper limpio, aunque todas sus canciones tienen el mismo estilo logran diferenciar sus ritmos para no aburrir.


Fue el ambiente más familiar de todo el fin de semana, muchos adultos mayores bastante alternativos fumando marihuana por todo el campo. También había uno que otro vagabundo, aun no entiendo cómo es que entraban, tal vez hasta vivían ahí, porque todos los días topaba alguno, incluso en la ciudad, cada que me subía a un autobús pasaba algún incidente con algún “loquito”, eso me dejó pensando bastante, porque en Los Angeles acababa de pasarme lo mismo, y en todas las ciudades que he visitado siempre es igual, creo que vivimos en una sociedad tan llena de cosas y necesidades que provoca que todos nos volvamos locos.
Poco antes de que terminara BellaMaine fui a tomar mi lugar para Alt-J, ya había analizado el movimiento del mainstage en días anteriores, así que tuve la suerte de  encontrar un muy buen lugar en las gradas, muy cercano al escenario, lo que me permitió apreciar a la banda de una forma que no lo había hecho: tranquila, viéndolos de cerca, poniéndoles mucha atención. Me encantó la forma en la que la gente se entregó al concierto, coreaban las canciones, movían sus bracitos y formaban el famoso triangulito con sus manos, justo desde donde estaba podía ver todo el movimiento del público y le dio un plus a la presentación, me di cuenta que es una banda muy para jovenzuelos, pero cómo me gusta!

Me quedé cómodamente en ese escenario para ver a MGMT, me agradan un par de canciones pero no lograron cautivarme, me gustó mucho cómo jugaron con sus visuales, muy a doc para la psicodelia, los muchachos no tocan anda mal, sin embargo, para mí es el tipo de música que va mejor en la cama que en un concierto.

Hasta el momento había estado todo el tiempo sentada, de acuerdo a mis intenciones de mantenerme tranquila, pero llegó Kinky y lo rompió, fue bien extraño pero saqué un lado patriota que ni siquiera sabía que existía en mí, me emociono mucho poder escuchar algo de “mi tierra” aparte me dí cuenta que los Kinky siguen siendo mi banda mexicana favorita, en cuanto comenzaron a tocar enloquecí y comencé a brincar y bailar como si no hubiera mañana, justo como en los viejos tiempos, fue increíble darme cuenta que la gente que estaba al rededor se contagio y empezaron a hacer lo mismo mientras me decían “this is so good!”.



Salí corriendo al darme cuenta que una de las obras que quería ver estaba por comenzar, cuando llegué ya no permitían el acceso así que aproveché para comer algo y refrescarme. De ahí fui a uno de los centros de comedia para “Patton Oswalt & Friends”, mientras esperaba estuve platicando un buen rato con el chico que estaba sentado a lado de mi, me contó cómo habían sido sus Bumbershoots anteriores y lo padre que es tener algo así tan cerca. Al inicio del show no sabía si no entendía los chistes o yo era muy amargada porque no me daba mucha risa que digamos y la gente se deshacía en carcajadas, sin embargo creo que fue el primer comediante, porque con todos los demás no paré de reír, no era muy fan del stand up comedy, pero después de eso encontré una nueva cosa que me hace la vida más amena.
De ahí fui a Ivan & Alyosha, y que bonito estuvo, me hice bien fan de esos muchachos, a pesar de su estilo a la Disney Channel, cautivaron a niñas pequeñas, señoras con hijos y a mí.


Allen Stone nuevamente me demostró el gran personaje que puede ser en el escenario, me encanta la forma en la que pasa de un estilo a otro, puedes estar casi llorando al escuchar una de sus baladas y de repente comenzar a bailar tomado del brazo de la persona más cercana a ti, sin duda es un concierto que se disfruta mejor en pareja, para cualquiera de los propósitos anteriores, aparte mantiene una atmósfera romántica en toda su presentación.
Vi un pedazo de Deerhunter, pero sinceramente no estaba en el mood, me aburrió un poco y preferí ir hacia Joy Formidable, tuvieron muchos problemas de sonido, incluso se bajaron del escenario por una media hora, lo cual despertó la desesperación de la gente, yo ya estaba cansada, y los vi sentada, me encantó fuerza con la que tocan y la energía de Ritzy Bryan.



A mitad del show preferí irme a descansar, porque tenía que levantarme muy temprano para tomar mi shuttle (aunque de cualquier forma me quede dormida y lo perdí). Cuando me retiraba paso algo súper extraño, por más cansada que estaba mi cuerpo se resistía a salir del Seattle Center, comencé a caminar más lento hasta que la música cambio para dar paso a "Alone" de Trampled by Turtles, fue un momento totalmente mágico, veía los arcos del Pacific Science Center  iluminados acompañados de los foquitos del escenario, a lado mío un par de parejas bailaban tiernamente, era una perfecta escena de chick flick. Me quede embobada por un buen rato hasta que vi la hora y no tuve otra opción más que seguir mi camino.
Justo en la salida a un lado del EMP había un chico tocando la batería por unas monedas, me llamó mucho la atención porque ya era muy tarde y no sólo tenía era una batería muy completa, tenía incluso su mini escenario y un buen equipo de sonido, era bien extraño. Una imagen bizarra que cerró con broche de oro la historia de mi primer Bunbershoot


domingo, 3 de noviembre de 2013

La experiencia del vinyl

Hace tiempo un amigo me preguntó: “¿Por qué compras vinyles? ¿Se escuchan mejor?” La respuesta en ese momento fue: “definitivamente no, pero tienen un sonido especial”.
Es difícil explicar a que me refiero con eso, pero después de visitar unas cuantas tiendas de discos creo que tengo una mejor respuesta:
Primera parada: Amoeba Music, Los Angeles.
Se ha vuelto una visita obligatoria para todos los amantes de la música si llegas a estar en la capital del entretenimiento o alguna de sus sucursales. Yo planee mi itinerario con mucho cuidado para poder estar ahí al menos un par de horas. Me pareció gracioso cuando le pregunté al guía del tour en el que iba si podía bajarme en una parada que no estaba consideraba porque quería ir a otro lado, me dijo: “déjame adivinar…. (hizo una especie de manos mágicas) Amoeba!!!”, no sé qué lo hacía tan evidente, pero tenía razón, fue súper amable al conectarme con otro conductor para que pudiera llegar incluso un poco antes de lo que tenía considerado.
Desde que vi el edificio por fuera me pareció que tenía algo, no sé qué… se veía viejo y un tanto descuidado, pero aun así me invitaba a entrar, desde que puse un pie en su interior quedé sorprendida, no podía creer la cantidad de artículos que habían ahí, no sabía ni para dónde voltear, loncheras vintage, discos, vinyles, películas, libros… enloquecí, 3 horas no fueron suficientes para husmear mientras me emocionaba con todo lo que encontraba, aunque debo admitir que no tenían la mayoría de los acetatos que estaba buscando. De cualquier forma era cómo contemplar la historia de la música en un solo lugar, fue una sensación bien extraña, me remontó a mis tiempos de adolescencia dónde podía pasar horas en tiendas discos, costumbre que hace varios años ya había perdido. Cuando llegué a la caja me percaté de que era mi primer día en la ciudad y ya había gastado prácticamente todo mi presupuesto, pero sin duda valió la pena.




Segunda parada: Everyday Music, Seattle
El letrerito era muy lindo, pero faltaron unos cuantos pasos para darme cuenta que nuevamente se trataba de un lugar nada glamouroso, supuse que así lucian ahora las tiendas de discos y en parte es lo que las hace especial, evidentemente la colección era mucho más pequeña y ahí si no encontré nada que no hubiera comprado ya.


Tercera parada: Jive Time Records, Fremont
Desafortunadamente por los horarios que tenían no pude entrar al anexo en el Vintage Mall dónde tengo entendido estaban gran parte de los títulos, sin embargo pude ver la parte principal de la tienda, totalmente diferente a las 2 anteriores, mucho más cuidada y estilizada, pero el sentimiento de nostalgia seguía siendo el mismo! Y ahí fue donde lo entendí todo.

¿Por qué las tiendas tienen ese efecto de desolación? Es una realidad: muy poca gente compra discos, ¿Por qué habríamos de hacerlo si podemos conseguir la música sin salir de nuestras casas? Cómo dijo Josh Resenfeld en la conferencia de Barsuk: “Los CD’s murieron y mucha gente piensa que la salvación de la industria está en los vinyles, pero yo sé que no”. Y entonces ¿Por qué piensan eso? Después de las experiencias previamente relatadas lo sé: porque ir a una tienda de discos se ha convertido en una gran experiencia, y las placas ahora son más una especie de arte objeto, es algo que atesoras y tiene un valor diferente al que tenían antes, ahora escuchas la música antes de comprarla y cuando lo haces es porque seguramente tiene un valor agregado tenerlo en físico. Un ejemplo es el “In the Aeroplane over the Sea” de Neutral Milk Hotel que compré por esos días, ya tenía el CD pero su portada se me hace tan bonita que no pude evitar adquirirlo en formato de 12 pulgadas, aparte creo que es justamente uno de los géneros que se escuchan mejor en tornamesa porque le da un toque de melancolía y añejamiento extra.
La experiencia no se queda en su adquisición, cómo comentó Ed Rose en uno de los podcast de Matt Pryor: “Es una forma diferente de escuchar música”, y el mismo Matt da en el clavo al decir que en un mundo tan digitalizado es la mejor forma de tener algo realmente tangible,  aporto algo más que no había pensado: la secuencia, el lado A tiene un mood diferente que el B y la forma en la que puedes jugar con eso no la encuentras en un CD.
Yo creo que los LP’s  te obligan a tener cierta interacción con la música, el simple hecho de sacarlo de su sobre, observarlo, limpiarlo, colocarlo con cuidado, cambiar de lado…. Por más tonto que parezca todo este protocolo te hace participe de “la experiencia” de escuchar un disco, no es sólo poner cualquier cosa por tener un sonido ambiental, y creo que ahí está mi respuesta, cuando amas la música disfrutas las situaciones que te ponen en contacto con ella.
Yo tampoco creo que el futuro de la industria este ahí porque no todos lo valoramos de la misma manera, sin embargo creo que seguirá siendo una opción para aquellos que consideramos valioso este tipo de acercamientos, el arte, el objeto y sobre todo “el ritual”.