jueves, 14 de agosto de 2014

Outside Lands!

Tenía muchas ganas de conocer San Francisco, varias personas me habían comentado que era una ciudad idea para mí, desafortunadamente no me enamoró tanto cómo esperaba. En algunos aspectos es muy similar a Seattle, sin embargo, en este lugar de California no sentí esa vibra musical que logra enloquecerme.

Para empezar no llegué a un lugar muy lindo que digamos, era como estar en una película de crimen, dónde sentía que podía morir acuchillada en cualquier momento, y la cantidad de gente sin hogar, a lo largo de la cuidad  resulta devastadora.

Hay lugares increíbles, el contraste de arquitectura victoriana de las Painted Ladies frente a los altos rascacielos es algo que se debe ver. El “City Hall” y “Palace of Fine Arts”, me dejaron sin habla desde el momento que los vi, son lugares completamente hermosos y románticos, no por nada me tocó apreciar un montón de bodas en tan sólo unos minutos, no cabe duda que se respira amor en dichas construcciones. Castro también me gustó, lamentablemente estaban arreglando la calle, por lo que muchos comercios estaban cerrados y otros no lograban observarse  del todo bien, de cualquier forma la gente es muy amable y con cierto sentido de orgullo y libertad.



En cuanto a Outside Lands, es impactante irse sumergiendo en un bosque para entonces llegar al centro de un festival, las distancias entre escenarios eran un tanto largas, y no permitían saltar de uno a otro como en otros casos, sin embargo pude presenciar los actos que más me interesaban. El clima hizo de las suyas: muchísimo frio en sábado y un “Sunday” que definitivamente le hacía honor a su nombre.

Es un festival mucho más concurrido de lo que imaginaba, lo que dificultaba el acceso a los servicios y la variedad de opciones culinarias no fue tan amplia como esperaba. No obstante, de haber contado con más tiempo, las tierras de cerveza y vino habrían resultado una gran experiencia, como lo fue presenciar una obra de improvisación en la que participó Patrick Stewart.

Vi los shows de Trails and Ways, Jagwar Ma, The Kooks, Local Natives, Death Cab for Cutie, Tom Petty and the Heartbreakers, Lucius, Jenny Lewis, Haim, Lykke Li, Ben Howard, Spoon, The Flaming Lips y The Killers.

De los cuales sólo vale la pena destacar lo siguiente:

Trails and Ways y Lucius son un par de bandas relativamente nuevas que me conquistaron por completo, ya se habían llevado parte de mi corazón, pero verlos en vivo me hizo confirmar la calidad con la que tocan y lo divertido de sus canciones

Aunque los Lucius ya cuentan con una base de fans mucho más nutrida, no tengo duda que cuando Trails and Ways por fin saquen su disco será una explosión de éxito y vaya que lo merecen, porque no sólo cuentan con una buena propuesta, sino también porque pude comprobar gracias a su líder, Keith, que son chicos sencillos y agradables. Su música me recordó mucho a The Whitest Boy Alive y Extraperlo, lo cual resulta curioso porque incluso físicamente tienen algo que los relaciona.


Los Flaming Lips siempre logran sacarme una gran sonrisa, su espectáculo bizarro e infantil hace fluir mi lado más pueril y me divierte como enana, fue uno de los momentos más emotivos del festival, cuando escuchaba “Yoshimi Battles the Pink Robots” mientras disfrutaba de un postre delicioso, fue como tener 10 años por un instante y eso lo hizo memorable. Al final “Lucy in the Sky with Diamonds” consiguió que la gente perdiera la razón y aquello se volvió una fiesta psicodélica.


Local Natives dieron la buena noticia de que están por terminar su tercer disco, no puedo esperar por escucharlo! Y mientras tanto ejecutaron un set lleno de canciones que hicieron me estremeciera brutalmente, cuando tocaron “Sun Hands” no podía dejar de brincar y agitarme, ganándose el titulo de una de mis bandas favoritas en el fin de semana.

Ver a Death Cab for Cutie fue menos conmovedor que la vez anterior, sentí a todos sus miembros un tanto serios, no sé si tenía algo que ver con la recién anunciada salida de Chris Walla de la agrupación, pero  para mí había algo que faltaba. Sin embargo también tuvieron su momento con “I Will Follow you into the Dark”, fue como si las miles de personas que estaban ahí desaparecieran y sólo fuéramos Ben Gibbard y yo por unos minutos.

Los Kooks y Lykke Li me sorprendieron favorablemente. No tenía idea que los primeros  me gustaban tanto y que conocía todas las canciones de ese día, incluso las nuevas. Estaba vagando en Chocolands cuando escuché “Junk of the Heart” a lo lejos y tuve que correr para alcanzarlos, lo disfruté bastante y ya quiero verlos de nuevo. Con la señorita, me dio mucho gusto encontrarme con una presentación más movida y energética de lo que esperaba, tiene un sonido bien potente en vivo que es difícil de imaginar.  

Pocas veces me ocurre que el nuevo disco de alguien que sigo desde hace mucho tiempo se convierta en uno de mis favoritos, pero el “Voyager” de Jenny Lewis es una de esas excepciones, la fuerza de las letras y la forma en la que Jenny las vive e interpreta tiene toda la magia del mundo. Y la entrañable “Acid Tongue” con un gran coro que incluía a  Jess y Holly de Lucius…. Pfff… Priceless!
Jagwar Ma me hicieron bailar y bailar, lo cual ya hacía falta porque fue el único momento que se prestó para eso. A Ben Howard le quedó chiquito el escenario, no obstante emocionó a todos los que estábamos ahí para verlo. Y de las Haim que puedo decir… me EN-CAN-TAN! Aunque ya me se su acto de memoria, siempre es divertido verlas y esperar a ver que locura se le ocurrirá a Este en cada ocasión.

En suma fue una buena experiencia tanto de viaje cómo de festival, pero aun no llega quien remplace a Bumbershoot en mi #1.

jueves, 22 de mayo de 2014

MonoMono

Siempre que me preguntan qué tal es Mono en vivo respondo "pues está bien" y no es por demeritarlos, simplemente es algo que se siente en el momento, no me provocan el mismo trance emocional que otras bandas del estilo, al contrario, me mantienen en un estado de tranquilidad y paz, nuevamente esa sensación de vaivén del agua.

En esta ocasión me sentí como gato fascinado con las luces, observando cómo cambiaban, iluminaban y acompañaban perfectamente la música consiguiendo que me sumergiera por completo en ese instante. Es la magia de una presentación en directo, son todos esos elementos que hacen que cada vez sea especial y no se pueden vivir de otra manera.

Los personajes que esta vez destacaron en mi experiencia fueron una chica frente a mí que se estremecía como sí escuchara su banda favorita de metal, sin importar lo que en ese momento estuvieran tocando; y un chico que "parecía" muy fan porque acompañaba las notas del concierto con su mano en el aire cual director de orquesta (aunque sabemos que no lo hacía de manera correcta) como sea ambos disfrutaban muy a su manera lo que estaba sucediendo.

Es un gusto compartir la música con gente que la disfruta y la valora, creo que a pesar de todo, si tuviera oportunidad de volver a ver a Mono lo haría de nuevo.


Dolor de caballo

En el avión, mientras regresaba de Coachella pensé “estoy destruida, creo que tendré que dejar de salir un buen rato”, pero mis intenciones no duraron más de un día, ya que recién volví, recordé tenía boletos para Matt and Kim, y si que quería verlos.

El miércoles que traté de imprimirlos ya me los habían cancelado, tenía varios años que no me pasaba algo así, mi cansancio era tal estaba a punto de dejarlo pasar y darlo por perdido, había quedado en verme un par de horas antes con mi amiga, y después de un Irish Carbomb la decisión estaba tomada, compraríamos de nuevo las entradas e iríamos al concierto, buena elección.

Alcanzamos a ver un pedazo de Beat Buffet, y a pesar de lo entretenidos que me parecen, ya no fue lo mismo después de nuestro último y desastroso encuentro.

Cómo me lo esperaba había muy poca gente, aunque yo creía que habrían más adolescentes.

Desde que salieron al escenario supe que sería una noche llena de baile y felicidad, todavía mejor que su presentación en el Corona porque esta vez habría muchos fans que de verdad aprecian su acto. Y así fue: todos bailamos, agitamos nuestras manos al aire, gritamos y nos divertimos como en fiesta infantil, y no estaba de más, habían globos, papeles de colores, canciones festivas y un dueto que no se desconectaba ni un segundo de su público, incluso señalaban y decían “te estoy viendo”.

Ya se ha hablado mucho sobre lo difícil que es explicar un show de Mat and Kim porque es una locura total, en ningún momento dejan de moverse, sacuden sus cuerpos sin control, corren por todos lados y parece que les cuesta trabajo mantenerse sentados porque a pesar de tener bancos brincan de ellos una y otra vez. En un momento mi amiga comentó: “estos seguro se metieron algo” y parece que sí, es justo ese desborde de energía el que los caracteriza. Hubo el clásico meneo de culo de Kim sobre los asistentes y las canciones que todos esperábamos corear mientras bailoteábamos espantosamente, hasta que literalmente nos diera dolor de caballo (al menos a mi me pasó y vi a un par más que se quejaban de lo mismo).

El momento cumbre no tuvo nada que ver con ellos, se lo llevó un niñito de unos 10 años que todo el tiempo estuvo en los hombros de alguien cantando cada una de las canciones del set, yo estaba impactadísima de lo mucho que lo disfrutaba, y al parecer Kim también lo notó, porque al terminar de tocar y volverse al público para repartir el montón de baquetas que había utilizado (ya que le da tan fuerte a la batería, que todo el tiempo se rompían o salían volando), trató de atinarle en repetidas ocasiones al pequeñín, pero al no tener éxito, le pidió a un miembro de su staff que hiciera entrega mientras ella corría tras bambalinas, lo cual se convirtió en toda una hazaña para ambos, ya que por más que se estiraban había un montón de manos entrometiéndose y tratando de robar tan preciado souvenir, como zombies, pero cuando por fin lo lograron, el niño fue tan feliz que alzó la baqueta al aire cómo si estuviera levantando un trofeo, mientras todos aplaudíamos y gritábamos de emoción. Fue un instante tan especial que casi nos roba unas lagrimas.

A pesar de que ya sabía exactamente cómo iba a ser su presentación (ya que no varían mucho), disfrute cada segundo, no cabe duda que ese supuesto matrimonio sabe muy bien cómo armar una fiesta.


Noche completamente salvaje

Ya había escrito sobre esto y no sé dónde quedó, lo peor es que no recuerdo mucho… o no quiero recordar.

El aniversario de Ibero prometía intensidad y perdición y para mí así fue, la noche fue una locura, iniciamos con una llegada un tanto abrupta que esperamos se aligerara con unos cuantos tragos... Mala idea.

Esa vez las Savages no me emocionaron tanto como en nuestros encuentros anteriores. Al inicio algo estaba raro ¿Qué era? Sonaban impecablemente bien! y por alguna razón eso era lo que no me convencía, no es lo mismo sin la suciedad que las caracteriza, es extraño, nunca pensé que el buen trabajo de un ingeniero llegara a ser un punto negativo para un show, pero tal parece que esa fue la excepción. Mientras pasaba el tiempo  se fue componiendo y de la mano de mis canciones favoritas lograron generar algo de euforia.

Fue una pena que pocas personas estaban ahí por la banda, creo que muchos lo tomaron más como la oportunidad de asistir a una fiesta “gratis”, más que por ver a una gran banda en vivo.

Me di cuenta que gran parte del talento de la agrupación recae en Ayse porque es la única ejecución que encuentro realmente sobresaliente, tiene el poder, independientemente del encanto de Beth, que en esa ocasión no me resulto tan cautivador, sin embargo hubo un momento en el que movía las caderas de una manera hipnótica.

Justo cuando le decía a mi amigo que me daba la impresión que no pasarían de ser una banda del momento y ya no harían gran cosa, me callaron la boca con una canción nueva que tenía toda la fuerza de sus primeros éxitos.

Supuestamente nos iríamos al terminar su presentación, pero después de unas deliciosas nieves de mezcal, mejor nos quedamos a la celebración, en algún momento de la noche bailamos cumbias y cantamos “Bohemian Rapsody” a toda garganta con GorDJ.

Los Beat Buffete siguen siendo divertidos, ahora con un set en el que predominan sus propias canciones, y tratan de generar euforia en los asistentes, con letras graciosas que hacen la pases bien.

La noche definitivamente no terminó cómo yo hubiera querido, pasó algo totalmente desastroso, pero ni hablar, uno debe afrontar las consecuencias de sus actos y aprender de ello, así que ahora para adelante.

Espero volver a toparme con Savages en el futuro para poder desechar mi teoría y vuelvan a ganar mi corazón.



miércoles, 9 de abril de 2014

Desfasada

Si algo amo de la música es la forma en la que puede reinventarse, y cómo es que nosotros la reinterpretamos, la semana anterior me pasó al escuchar "Where Does The Good Go" tenía un significado muy fuerte para mí, con una especie de espíritu derrotista y ahora que la vuelvo a oír simboliza todo lo contrario.

El lunes vi por cuarta vez a Tegan and Sara y fue una sensación bien extraña, cómo de: "ya fue suficiente" nunca pensé que eso pudiera pasarme con una banda que me gusta tanto, pero seguro tiene que ver con el hecho de que tres de esos shows eran de la misma gira y por ello fueron muy similares, no sentí la misma emoción que en aquel Corona cuando tocaron las canciones que había esperado por años, el “Heartthrob” me gusta mucho, pero creo que tampoco tiene tanto para exprimirle en vivo. Afortunadamente sabían que le debían algo al público y tocaron varias “viejitas”, aunque no todas las que hubiera querido (Incluyendo Where Does the Good Go).

A pesar de todo "Now I'm Messed Up" logra ponerme la piel chinita cada vez. El final en el que cantan "Go if you want, I can't stop you" al mismo tiempo que "Please stay" como si fuera la misma persona diciendo una cosa y sintiendo la otra, priceless!

Otro gran momento fue "Call It Off" creo que la mitad de la audiencia estaba llorando, es una de las veces que más fuerte y con más sentimiento he escuchado que el público coree una canción. Terminar con "Living Room" fue un gran acierto, las luces hicieron el complemento perfecto, y fue una manera de decir "estamos a mano".
 

Había demasiado estrógeno en el ambiente, llegué temprano para comprar los boletos y ya había una fila que rodeaba la cuadra, nunca había visto algo así, aparte me sentía rara... haciendo cálculos el 80% de las personas que estaban ahí eran mujeres, de las cuales el 70% eran gays, y todas ellas tenían una de cuatro opciones de corte de cabello, era demasiado cliché, hacía que me sintiera fuera de lugar, ahora no sólo por la edad, sino también por no ser parte de ese grupo, un amigo de hace muchos años me dijo al respecto: "esque estas desfasada", no pudo encontrar mejor definición, me han tocado vivir cosas en tiempos diferentes, lo entiendo, pero con la preferencia sexual, ahí sí ni que hacer.


Abrió Haciendo el Mal, ya tenía rato que no las veía, sin duda su música es bien linda, pero cómo le comentaba a mi amiga ese día, tienes que conectar con sus letras para poder disfrutarlo de verdad, porque si no puede ser cansado, de todos modos fue una muy buena elección de telonero.

sábado, 5 de abril de 2014

Sofar Sounds #14

Llevar a cabo una idea puede ser complicado, seguramente muchos de nosotros hemos tenido momentos de iluminación que nunca llegan a convertirse en realidad, más aún cuando no ganas prácticamente nada por ello, pero ¿Qué pasa cuando realmente te apasiona y lo haces por amor? Sencillamente la magia sucede, ese es el caso de Sofar Sounds, un proyecto que devuelve a la música un poquito de todo lo que nos da,  por simple la gratificación de compartirla.

Se agradece que haya quienes acepten el reto de generar redes y crear un punto de contacto entre otras personas que sienten el mismo cariño, implica dar parte de tu tiempo para hacerlo posible.

Hace unos años Ariana y Alfonsina se aventaron el paquete de importar un concepto que ya había llevado felicidad a otras partes del mundo y seguramente no ha sido trabajo fácil, pero lo han hecho crecer de manera importante, ganándose el reconocimiento de varios individuos.

En la sesión #14 anunciaron que Alfonsina emprenderá un nuevo reto personal por lo que estará dejando la producción de Sofar en México, estoy segura que le ira de lujo en tan bello lugar al que se dirige. Alfonsina, muchas gracias por tu dedicación y todo el éxito del mundo.

Los primeros en amenizar ese día de despedidas fueron Belmont, con su música digerible y entretenida que seguramente seguirá agregando seguidores en el circuito en el que se han estado moviendo. 


Desde que ví a Sergio con su banjo en la mano pude imaginar lo que seguía, muy congruente con su imagen y con los instrumentos que utiliza, genera melodías que te transportan a un sitio más colorido, lo que no es una sorpresa después de lo que nos ha dejado ver con Furland, Silva de Alegría te hace sonreír.... de hecho una de las cosas que más me llamaron la atención fue cuando “los Israeles” lo acompañaron, y podía ver entre las notas de bajo como es que Isra sonreía de repente y generaba la misma expresión en mi.


¡Belafonte se llevó la noche! nos hicieron cantar, bailar, reír, disfrutar…. Esa emoción me recordó la Sesión 7 con Lazaro Valiente, ya que volvimos a convertirnos en una gran banda de la que todos somos parte.

Música sumamente divertida con historias para identificarse, que garantizan la pasaras bien. Lo que más me gustó, fue cuando todo se volvió un juego y la improvisación nos dejó vivir un instante único e irrepetible




jueves, 3 de abril de 2014

Sobrevive Latino

Me encantó el nombre con el que Panamérika tituló la serie de conciertos que sucederían después del festival, porque si la semana anterior no fue suficientemente intensa, ésta llegó con todo!

Tuve mucha suerte de que algunas bandas que quería ver, y no pude, hicieran presentaciones

El martes fui al Imperial.... En mi trabajo doy un curso sobre servicio al cliente y hay una parte en la que explico cómo las "sorpresas" negativas o positivas marcan la diferencia en cualquier tipo de experiencia, y para mi Aurora definitivamente fue algo que no me esperaba.

Yo iba con la única expectativa de ver a La Bien Querida, pero entramos justo en el momento en que Aurora comenzaba a tocar, desde la primera canción me fueron conquistando, salió el típico comentario de "oye suenan bien" y mi opinión se confirmaba mientras avanzaba la noche, tienen un sonido bastante fino, llegaron a recordarme algunas bandas emo que escuchaba por ahí del 2002, e incluso tenían sus toques de postrock. Si algo me gusta de una banda es que estructure perfectamente sus variaciones de ritmo, que sus valles y montañas estén tan equilibrados que no quisieras que terminaran,  y ese es el caso de los españoles.

Ya tenía rato que no veía una agrupación que expresará tanto como disfrutan ejecutar sus instrumentos, se mostraban realmente apasionados y conectados con sus composiciones y entre ellos, tenían una dinámica interesante, se mostraban tímidos ante el público pero tocaban con toda la seguridad y calidad del mundo.


Nunca había visto a La Bien Querida en vivo y esa fue una sorpresa más, desde que la vi entrar al lugar y pensé "Dios mío, su cabello me da miedo". Su sonido en directo es definitivamente más crudo de lo que me esperaba y vaya que me gustó, letras extraídas del corazón cubiertas por una densa oscuridad con guitarras completamente sucias.


Fue una pena que el audio tuviera tantas fallas, al punto de enfadar a Ana y a uno de sus músicos, yo no entendía bien el problema, por más que mi amigo trataba de explicarme, lo que sí fue que el micrófono tenía un vicio horrible que atropellaba su voz.

A pesar de todo disfrute mucho ambos actos, y el final fervoroso con Jota Planeta acompañándolos, sin duda algo que no vemos todos los días, es la ventaja de tener una gran comitiva española actualmente en nuestro país.


El miércoles toco Kakkmaddafakka en Caradura, hasta tuvieron doble función y yo no sabía, salí corriendo de la oficina para llegar temprano a conseguir los dichosos boletos. Cuando entramos ya estaba atascado de fans apasionados que casi los desnudan cuando ingresaron al lugar desde la pista.

Los conocí  gracias a los buenos comentarios de Erlend Oye, sin duda son divertidos, con melodías pegajosas coronadas con letras simples y directas, muy a la Withest Boy Alive, esperaba poder verlos en el Vive, pero su horario no ayudó en nada, afortunadamente la “segunda oportunidad” volvió a hacerse presente y pude apreciar a estos noruegos con su música caliente. Tuvieron el detalle de aprenderse unas cuantas palabras cliché en español que lograban hacerme sonreír, desde el “señoritas” hasta el “puta madre” o incluso “Caradura”, pero lo más gracioso fue cuando invitó a que dieran unos cuantos pasos atrás diciendo “You need to have respect for the ladies”.

Tienen canciones sumamente funk, y esas guitarritas tropicales que tanto me gustan, definitivamente hacen que la pases bien, aunque me hubiera gustado tener más espacio para poder “echar el dancing” sin embargo todos estaban enloquecidos, brincando y cantando, era un ambiente totalmente juvenil, creo que estaba sucediendo el mismo fenómeno que con Two Door Cinema Club, al ser una banda tan digerible se vuelve fácilmente aceptada por este público, de repente me sentía en evento patrocinado por Nikelodeon,  yo la pasé muy bien.


Me llama la atención cómo es que todas estas bandas de paliduchos escandinavos están haciendo música tan cálida y festiva, se vuelve un poco bizarro, pero es bien interesante ver a este tipo de agrupaciones que parecen traer el fuego por dentro, de hecho al ver la efusión de las niñas que estaban ahí me recordaron a mi misma hace 10 años exageradamente  emocionada cuando veía bailar a Erlend  “I’d  Rather Dance With You”.

Eso me hizo pensar…. El martes me sentía fuera de lugar porque la mayor parte de los asistentes parecían tener ya bastantes años “de experiencia”, y este día fue todo lo contrario, un 90% de participantes no contaban con identificación. No sé qué sucede, últimamente me fijo mucho en eso, cómo platicaba con un amigo: tal parece que estoy en un limbo generacional, afortunadamente la música en sí misma no hace diferencias y es una de las muchas razones por las que la amo, me encanta disfrutar de todas las variantes que tiene por ofrecer.

martes, 1 de abril de 2014

¿Si recuerdas tu pasado volverías a ser igual?

En algún lado leí recientemente: "Vive Latino, el festival que todos amamos y odiamos a la vez" y no podría estar más de acuerdo. Desde hace 4 años he venido repitiendo: "ahora si es el último, cada vez se pone más feo" pero cuando se acerca la fecha o aplican alguna buena promoción  recuerdo aquel 2008 que no fui y casi lloro de frustración al ver a Niña tocando desde mi casa en la transmisión de Telehit, y termino diciendo, bueno.... no quiero volver a sentirme así, uno y ya.

La historia se repitió este año, a pesar de lo extravagante del cartel había un par de cosas que llamaban mi atención, no perdía nada al ir un par de días en la noche, viviría la experiencia con actitud de “gente mayor”.

El jueves llegué directo a Of Montreal, aunque antes de eso me tocó Atto and the Majestics y Odisseo, de los cuales prefiero no comentar nada porque no son mi tipo y yo estaba distraída poniéndome al día con un amigo (en la parte de hasta atrás, cómo debe de ser). Llegó el momento de Kevin Barnes y compañía, lo digo así porque vaya que su ego está bastante inflado, me dio mucha risa cuando cambio de ropa y se quedo esperando que le gritaran, incluso se planto al frente con una pose de “vamos, ámenme”, fui divertido. Ya tenía una buena idea de lo que sería su show, por lo que viví ese mismo martes en Guadalajara, pero cómo sea fue fantástico, la gran sorpresa de la noche para mí: tocaron "The Past is a Grotesque Animal"!!! Si! Otra vez! Pude escucharla dos veces en la misma semana!!!  Estaba más que emocionada, aunque noté la desesperación del resto del público después de 7 minutos de canción, entiendo que no es para todos... para mí fue una gran experiencia, esta vez pude gritar y alzar mi puño con emoción. El fondo de palmeras, sus melodías y el traje de Rebecca... era tan Josie and the Pussy Cats, lograron generar una atmosfera totalmente diferente a la que había experimentado días antes.

Después de eso llegó lo que tanto había esperado, la razón por la que este año no podía desistir del festival: la reunión de Zurdok! Poder verlos de nuevo en el escenario tras una década de ausencia en mi vida. Tuve la suerte de poder compartir ese momento con las mismas personas con las que los vi por última vez y eso le dio un toque especial, cuando llegamos al frente del escenario y observé la gran pantalla y la cortina que estaba a sus espaldas se me puso la piel chinita, fue como un: “wow!, de verdad está por suceder” y cuando por fin estuvieron todos arriba, fue cómo un viaje al pasado, cuando lo hice consiente ya no supe si era algo bueno o malo, porque parecían estar disfrazados de ellos mismos en los 90’s, literalmente, ¿Qué tal la “blusa” de Chetes? Era demasiado! Aparte la pose de Mauricio, la falta de “weirdness” de Catsup, no se… había algo ahí que me hacía sentir vieja, cómo supongo que se sienten los chavos-rucos cuando van a ver a alguna de sus bandas clásicas…. Damn! Creo que ahora estoy en esa categoría. Incluso mi amiga me dijo “¿te das cuenta cómo a pesar de que estamos hasta adelante ya nadie brinca? Todos mueven la cabeza y levantan sus brazos pero no saltan” Y era real! Ni en "Gallito Ingles", ya éramos parte de ese sector generacional, ouch!

Pero en fin… era una sensación extraña de cierta familiaridad ante algo que parecía desconocido, pero a la vez era lo mismo de siempre, difícil de explicar.
Independientemente de todo eso, sonaron impresionantemente bien, a pesar de que Gustavo Mauricio la pasó batallando con sus sintes, yo no lograba percibir el error, para mi sonaron perfecto y no pude resistirme a sus canciones, esas letras…. Y ese sonido que a pesar de haber pasado tanto tiempo no se escuchaba antiguo, no cabe duda que siempre estuvieron adelantados a su época. No sé que tanto pueda funcionar en el presente, su nueva canción me parece simple y común, pero ahí estábamos, reviviendo el pasado, el reencuentro con una banda que parecía estar muerta y sin duda represento un gran momento para mí.

El viernes tenía muchas ganas de ver a The Polyphonic Spree, estaba bastante emocionada, porque es de esas bandas que crees que ya nunca vas a poder escuchar en vivo y de repente están en el mismo lugar que tú. Entre el público nos encontramos con Willy Damage y la Doctora Molina, muy bien ataviados con sus batas de coro, tenía mucho tiempo que no los veía juntos, y hasta ese simple hecho le dio un airecito de esperanza extra a la presentación. Todo el ambiente era optimista y colorido, cómo era de esperarse. Me hubiera gustado verles un show completo, aunque entiendo la dificultad de su logística, sin embargo creo que podríamos ahorrarnos a las coristas que aportaban muy poco y eran más como adorno, creo que con la voz de Buffi J y unos cuantos sampleos sería suficiente, ok… eso no va con el espíritu de la banda, pero podríamos evitar unos cuantos viáticos para poder traerlos en solitario =P

Vimos un pedazo de Ely Guerra, aunque no es mi hit, siempre reconoceré su voz  y la fuerza que muestra al tocar la guitarra con todo y su pequeño físico.

Siguió Cut Copy que al parecer yo estaba confundiendo con Hot Chip porque esperaba bailar como desquiciada y no fue así, estuvo “bien” pero nada que quisiera repetir, afortunadamente para ese momento ya estaba lo suficientemente enfiestada cómo para sufrir la desilusión.

Nunca me ha gustado Arcade Fire, no es que me desagraden, pero no se me hace nada del otro mundo, tienen varias canciones que me parecen muy buenas, pero tampoco creo que sean la mejor banda del planeta, cómo sea ya estábamos ahí y mis amigos se encontraban muy entusiasmados por escucharlos, y no quería perder la oportunidad de verlos rodeada de fans que idolatran a la agrupación, aunque me toqué oírlos de nuevo en unas semanas la sensación no será la misma. Hubo un momento en el que me perdí entre la multitud y en mi fiesta me costó trabajo encontrar a mis compañeros, pero fui a dar justo en medio de varias personas que cantaban con fervor cómo si ese fuera el mejor día de sus vidas, me encanta esa reacción, me gusta apreciar el poder de la música en movimiento.
Definitivamente son una banda de estadio, logran sacar la pasión de la gente, contagian su energía, y claro, al ser tantos músicos en el escenario que no podría ser diferente. Para mí lo mejor fueron sus percusiones, que supongo que para ese momento de la noche era lo único que era evidente para mí. Me impresiono Régine, no sabía que era multi instrumentista, y me ganó en el momento que se sentó a la batería, es la onda! Un muuuuy buen show, dominan por completo la situación, muy quede con una opinión positiva de ellos.

viernes, 28 de marzo de 2014

But at least I author my own disaster

Recuerdo perfectamente cómo Of Montreal llegó a mi vida: si algo valoro en este mundo es cuando alguien me presenta música que se convierte en mi favorita, y éste es uno de esos casos. Acababa de entrar a la universidad y ahí conocí a un chico buena onda, que poco después descubrí ni siquiera estaba inscrito y sólo estuvo de oyente unas semanas, el tiempo suficiente para compartir bandas. Por esos meses yo tenía un crush tremendo con Belle and Sebastian, era mi soundtrack del momento y fue justo eso lo que nos unió musicalmente, hablábamos de los proyectos que habíamos escuchado recientemente y nos pasábamos canciones, hasta que un día me grabó un disco con lo último que le había volado la cabeza. Llegando a mi casa lo primero que hice fue ponerlo para encontrarme con nada menos que la discografía de Of Montreal.

Me encantaron! Me hacían bailar, me ponían feliz. En el 2006 pude verlos por primera vez en el fallido Corona Music Fest, yo iba con toda la intención de divertirme desenfrenadamente, lo cual sucedió a pesar de la poca cantidad de gente que estaba en ese escenario y la falta de interés hacia la banda, yo la pasé increíble, pero lo más importante: me dejaron escuchar las primeras canciones del “Hissing Fauna, Are You the Destroyer?” sin duda uno de sus mejores discos.

Agradezco infinitamente cuando una canción me acerca a otro tipo de expresión artística, cómo fue la literatura de Bataille, la cual no me gustó en lo absoluto, pero siempre es bueno conocer algo nuevo. De cualquier forma el discurso de “The Past is a Grotesque Animal” hizo que se convirtiera en una de mis canciones favoritas. Aparte de melodías sumamente lindas y bailables ahora también tenían letras intensas e interesantes, sin duda habían ganado mi corazón.

En el 2010, me vi en un verdadero dilema ya que tocaron el mismo día del aniversario de una banda a la que le tengo mucho cariño, así que opte por ir a ese evento para festejar con mis amigos.

Como ya he dicho en otras ocasiones: tengo mucha suerte con las segundas oportunidades, y la mía con Of Montreal había llegado, al ver el cartel del Vive Latino de este año no dude en comprar mi boleto para el jueves, pero entonces salieron los horarios… ¿Qué? ¿Tocarían sólo media hora? Ni soñar con que interpreten esa canción de 12 minutos!! ¿Qué podía hacer? Pues ir a verlos a Guadalajara….

Todo el camino hacia el Teatro Estudio Cabaret fue una pesadilla, para empezar nadie me dijo que tendría que tomar la versión tapatía del metro en hora pico, andar por caminos oscuros y solitarios, y cruzar puentes peatonales que parecían sacados de una película de terror, pero bueno... Ya estaba ahí y no fue nada que un buen trago de cerveza (bastante oportuno para el calor endemoniado que hacia) no pudiera arreglar.

El ticket decía que iniciaba a las 9 y abrirían puertas a las 7, así que llegue a las 8, en la entrada había un par de revendedores abaratando por completo los boletos con un video en mano de alguna de sus canciones. Aún no dejaban entrar al recinto, pero podías esperar en una especie de bar que está afuera, me sorprendí al darme cuenta de que sólo éramos 20 personas, me preocupó que el lugar fuera a estar vacío, pero llegaron poco a poco hasta conseguir que casi se llenara.

Quiero felicitar al público de Guadalajara, sin duda los mejores espectadores mexicanos que he visto en toda la vida! Respetaban las reglas de convivencia, aprovechaban el bar para convivir antes del show y una vez adentro se dedicaban a apreciarlo, no platicaban todo el tiempo, cuidaban el espacio vital de los demás, y era muy raro ver una que otra cámara arriba, hasta me daba pena sacar el celular. Respetaron a la banda de una manera que hace mucho no veía.

Me arrepentí muchísimo de olvidar mis tapones porque el sonido era bueno sin embargo al estar tan encerrado rebotaba un poco, haciendo poco nítidas las voces.

Desde que salieron al escenario fue como un viaje al pasado, propiciado por la música, el lugar y sobre todo sus atuendos. Fue una presentación peculiar, quizá porque nunca había estado en ese venue, me era ajeno y parecía un tanto "rústico", si es que existe una palabra para describir a lo que me refiero, era como estar en uno de sus primeros conciertos, como sí recién estuvieran haciendo pruebas con la producción, tenían dos grandes pantallas a los lados, enmarcando un escenario bastante pobre, con visuales psicodélicos muy pertinentes para su música pero fuera de lugar para el tamaño del teatro.

Sumado a eso estaba la notable incomodidad de Rebecca con los silencios entré canciones, de repente parecía que no sabían qué hacer, se comunicaban entre ellos, se reían y lucían como novatos, incluso hubo un error muy evidente en la batería de Clayton del que todos se rieron, era una sensación extraña pero interesante.

Mi momento predilecto fue “St. Exquisite’s Confessions”, no porque Kevin se quitará la ropa y su cuerpo resultará simplemente hipnótico, ejem... No.... Fue más bien porque ese final lleno de psicodelia dio paso a lo mejor de su set: “Gronlandic Edit”, “The Party’s Crashing Us” y “Heimdalsgate Like a Promethean Curse”, donde la gente se emocionó y aquello se convirtió en una enorme fiesta en la que  bailamos sin parar.

Salieron del escenario para volver con lo que tanto estaba esperando: una frenética versión, unos dos tiempos más rápida, de "The Past is a Grotesque Animal", fue embrutecedor! Temía que mi cuello se rompiera ante la agitación de mis huesos, la locura que me produce Savages en vivo había quedado atrás, sentía que esta vez terminaría herida, y fue una sensación que se prolongó por unos 4 minutos de distorsiones dirigidas por un riff interminable que simplemente me enloqueció, fue un final perfecto.

Algo más para felicitar a los tapatíos: pusieron el disco de Bosnian Rainbows al terminar el concierto, por lo que me quedé a escuchar y pude ver cuando los Of Montreal salieron a saludar, cosa no tan común en el DF.

Aquí una prueba de su épica conclusión:


miércoles, 26 de marzo de 2014

Re-conociendo

Una vez más el destino y sus jugarretas me pusieron en un lugar que no pensaba visitar, un viejo conocido que al parecer no había visto del todo: El Centro Cultural España.

Días atrás un misterioso personaje que acababa de entrar en mi vida me había presentado algunas bandas españolas, esa noche me invitó a ver a Kiko Veneno, Anni B Sweet, Lori Meyers y Russian Red.

De Kiko Veneno no tengo mucho que decir, desde que lo escuché por primera vez supe que no era mi estilo, aunque sin duda le agradaría a mi mamá.

Tenía muchas ganas de ver al par de chicas del cartel, esas historias melosas cantadas por quienes seguramente fueron las protagonistas siempre ganan mi corazón. Al parecer mucha gente iba por Anni porque después de su presentación vimos partir a la mitad de los asistentes. Cuando inició, alguien hizo el comentario de "suena medio Carla Morrison", yo la defendí porque no me había dado esa impresión, desafortunadamente eso cambió y al final de su show quede convencida de que, en efecto, las propuestas son muy similares, no por ello le quitó crédito a la española, sin embargo me pasa lo mismo que con la norteña: llega un momento en el que es demasiado, y eso que me considero una persona sumamente cursi.
Comentó que nadie canta en sus conciertos, lo cual me extraña teniendo letras tan entrañables.

Lori Meyers tocan impecablemente, se nota que son muy buenos músicos, pero he visto a tantas bandas como esa que sinceramente no llamaron mi atención.

Sólo pude escuchar una canción de Russian Red y me quede con ganas de más, aunque tampoco es la propuesta que el mundo esperaba, lo hace bastante bien y logra combinar perfectamente su lado dulce y ensoñador con canciones más duras y ruidosas.

Lo que más me sorprendió fue ese nuevo escenario en la parte de abajo del CCE al que no había tenido oportunidad de entrar, cuyo sonido es buenísimo y podría convertirse fácilmente en mi sala favorita de conciertos. Es interesante como todo cambia tan rápido, he estado tantas veces en ese lugar y no me había dado cuenta de que ya no era el mismo, como si hubiera sido la primera vez….



martes, 18 de marzo de 2014

Etiqueta de conciertos

Un refrán dice: “Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, no podría estar más de acuerdo, tenemos la fortuna de vivir en una ciudad que nos provee de múltiples opciones para realizar prácticamente cualquier actividad, sin embargo hay quienes no logran entenderlo.
Últimamente asistir a un concierto se ha vuelto una experiencia ambivalente, donde las ganas de disfrutarlo se ven truncadas por personajes desagradables que parecen carecer por completo de respeto hacia los demás.

No estoy hablando de ser altruistas y desvivirse por otros, entiendo que hay cosas que no se pueden cambiar (cómo el hecho de ser alto) pero hay otras 100% conductuales que harían de éste un mundo mejor.

Todo va alrededor del mismo principio: A un concierto se va a ver y escuchar una presentación en vivo y hay muchas cosas que desafortunadamente se han vuelto cada vez más comunes y salen por completo de esa idea, resultando una grosería no sólo hacia aquellos que están en el escenario, sino también para el resto de los asistentes. Podría describir por horas a que me refiero, pero puede resumirse en cualquier actitud que represente una falta de atención a lo que, se supone, está yendo a apreciarse.

De entre todas las insolencias en las que puede traducirse lo anterior, he encontrado perfiles persistentes que en lo personal me resultan los más molestos:
Los platicadores:

Para muchos los conciertos se ha vuelto un indicador de status social, a los que vas sólo porque "puedes" o tal vez porque en alguna fiesta escuchaste una canción de la banda en cuestión y ya sientes que te gustan, y qué bueno! cada quien… pero cuales quieran que sean tus razones, si en realidad el grupo te vale madres, ni lo conoces bien e incluso te aburre ¿Para qué ir y pararte hasta adelante del escenario a platicar con tu acompañante? ¿Te has dado cuenta que estas rodeado de cientos de individuos? Y claro que sí! Todos te escuchamos!!!! Probablemente tus historias sean tan interesantes que deberíamos oírlas, pero por más increíble que parezca: no estamos ahí para eso, pagamos un boleto para escuchar música, no para enterarnos de las aventuras de un completo desconocido (en mi casó incluso llega a aplicar con gente que sí conozco, pero yo soy un tanto radical al respecto).

Por si no te habías dado cuenta, en la parte trasera de todos los recintos hay una zona en la que puedes comentar todo lo que quieras sin que nadie te empuje o te mire mal. O aún mejor: existen lugares diseñados para ponerte al corriente con amigos: un café, un bar o ¿qué tal tu casa? Si! Ese lugar de completa privacidad en el que puedes hablar cuanto te plazca!!! Es más, puedes poner la música ambiental que prefieras, incluso la que en serio te gusta.

¿Por alguna extraña razón sólo puedes hacerlo en conciertos? Ok, entonces reúnete antes del show con tus amigos para parlotear, o ¿qué tal cuando termine? Opciones hay muchas, ¿Para qué incomodar a otros? Muchas veces he escuchado el típico: “pues si no les gusta que se muevan” y ¿por qué tendrían que moverse los que sí están haciendo lo correcto para el espacio en el que están?

Si tienes un poquito de sentido común y consideración, toma en cuenta que hay a quienes si les interesa estar ahí y mejor guarda tus comentarios para un mejor sitio o momento.

Los que sólo van a empedarse:

Seamos prácticos: con lo que te compras un par de tragos en un concierto puedes pagar una botella en cualquier otro lugar! Sé que no es lo mismo, te gusta “el ambiente”, la gente,  el ruido…. la “música” ¿Por qué no ir a un antro? Digo… si de farolear se trata, ese es el lugar indicado. O ¿qué tal una peda casera? Dónde tengas la libertad de tomar hasta voltearte. ¿Para qué gastar en la entrada de un recital? Honestamente se me hace una forma muy estúpida de desperdiciar el dinero, si ni conoces a la banda y solamente quieres ir a perder la conciencia ¿por qué mejor no invertir eso en alcohol? Y con ello alcanzar tu verdadero objetivo.
Muchos de nosotros nos hemos embriagado en alguna presentación, cuando no nos controlamos y una cosa va llevando a otra, pero cuando eso pasa tratas de no molestar a los demás, de alcanzar a escuchar lo que puedas o mínimo hacerte hacia atrás para seguir con tu desmadre, pero nuevamente.... ¿Para qué importunar al prójimo? Si ya ni siquiera sabes lo que está sucediendo ¿para qué vas a meterte hasta adelante en medio de toda la gente? O te pones a mala copear, o te desmayas y asustas a todos, o tenemos que estarnos cuidando de tus movimientos, o lo peoooor: me sucedió hace 2 años en cumbre Tajin, hice el viaje sólo para ver a Björk, estaba muy emocionada, todo el día aguantando el calor y varias horas esperando para tener un buen lugar para que a la segunda canción una pendeja que había logrado colarse hasta dónde yo estaba me vomitara encima, literal!! Cómo en cualquier película de comedia barata o en la peor de tus pesadillas, obvio salí corriendo a limpiarme cómo pude y a comprar ropa para cambiarme, haciendo que me perdiera la mitad del concierto y que no disfrutara de la otra mitad por el mal rato que había pasado. ¿QUÉ NECESIDAAAAAD? ¿Por qué uno tiene que terminar pagando sus estupideces?

Si lo que quieres es ponerte la jarra del siglo, adelante, pero no le arruines la noche a los demás.

Los videoastas frustrados:

Por ahí dicen que “recordar es volver a vivir” y es bien cierto, a mí también me encanta ver fotos y evocar instantes especiales, pero sinceramente ¿Qué tan buenas son las fotografías o videos que tomas en conciertos? Considerando que el contexto no es el mejor: la luz es baja, estas lejos, hay gente moviéndose, entre muchas otras cosas. Para eso hay gente a la que le pagan por hacer buenas tomas bajo circunstancias que favorecen su calidad, a las cuales podrás tener acceso prácticamente inmediato desde tu computadora o celular.
Yo sé que no es lo mismo…. Cuando tú lo haces recuerdas exactamente cuando la tomaste, el lugar dónde estabas parado, lo que alcanzabas a ver, etc. Pero para eso bastan un par de imágenes ¿no crees? ¿Para qué pasar todo el concierto con las manos arriba, estorbando al de atrás? Y todo para conseguir 80 fotografías que se ven igual, si! Igual de mal!!! ¿De verdad derrochas tu tiempo libre viendo cuadro tras cuadro de una serie de imágenes borrosas que ni siquiera se entienden?

A veces por estar todo el tiempo con la bendita cámara te pierdes de la verdadera acción y no logras apreciar lo que está en el escenario. Ya muchos artistas han hecho campañas al respecto, y tienen toda la razón, se trata de disfrutar el momento, estar ahí y ver con tus propios ojos un suceso que será irrepetible.

Saca un par de fotografías para “el recuerdo” y si ves que de plano no salen bien, ten confianza en que alguien con mejor perspectiva que tú las habrá tomado y las subirá a internet.

Los lanzadores:

Aunque es una tradición ancestral, y los que hemos crecido yendo a conciertos hemos aprendido a vivir con ella: no está nada bien!! Eso de tener que estarte cuidando de que no te caiga algún objeto o líquido en la cabeza está de más! Y no encuentro ninguna razón que respalde dicha acción, más que la de molestar.

¿Por qué mejor no nos dedicamos a pasarla bien y disfrutar el show en lugar de estar arrojando cosas?

Hay otras personas que no entran del todo en las categorías anteriores porque son fans y es justo esa emoción la que los hace perder la cordura:

Los cantantes gritones:

Si, es fantástico cuando escuchamos nuestras canciones favoritas y nos dan ganas de cantarlas a todo pulmón, pero podemos controlarnos y pensar en que hay alguien a lado de nosotros y no es necesario estarle gritando al oído todo el tiempo.
Cuando esto pasa dudo que siquiera puedas escuchar al intérprete original, porque se oye más tu propia voz, y para eso mejor ve a un karaoke.

Recuerda: NO ESTAMOS SOLOS y ninguno de los que estamos ahí fuimos a escucharte a ti, ten un poco de sensatez y déjanos disfrutar el concierto.


Los tacleadores:

Comencemos con el beneficio de la duda: No es que seas un pinche abusivo que está tratando de colarse de último momento, claro que no, tu estuviste esperando horas a que iniciara la presentación pero por equis razón tuviste que salir unos minutos, perdiste a tus amigos, o llegaste un poco tarde y tienes una razón primordial para moverte de sitio, está bien! Se entiende, pero ¿que no te enseñaron modales en casa? Yo sí creo que hablando se entiende la gente y siempre hay formas mejores formas de comunicación que los golpes o empujones, puedes pasar con cuidado sin tener que irritar (o lastimar) a los demás, porque no estás en un partido de americano.

Si tu intención es pasar sobre todos con tu bola de amigos, porque crees que eres más “chingón” que los demás, no seas maldito y ten consideración de  aquellos que sí tomaron sus precauciones. Y si no eres de esos descarados y de verdad hay alguna razón para que te metas, hazlo de la manera más amable posible.

Ya lo dijo Benito Juarez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”


Creo que si todos aplicáramos reglas básicas de convivencia nuestras vidas serían diferentes.