miércoles, 12 de febrero de 2014

La música lo arregla todo

La semana pasada fui a ver “We Will Rock You”, el musical de Queen, al principio estaba muy contenta porque recorrieron todos los lugares, a pesar de que había comprado el boleto más barato, terminé en planta baja, en un lugar nada despreciable. Sin embargo, cuando vi el programa me entristeció notar que faltaba “Bohemian Rhapsody”, cuando apagaron las luces mi emoción se tornó en enojo al escuchar la voz del presentador diciendo una serie de frases de chavo-ruco en un tono extraño que era imposible causarán gracia como "ahora si la vamos a pasar bien chido, estamos listos para rockear, no graben nada que sus vídeos se van a ver bien chafas", entre otras… daba penita ajena, pero pensé: "no pasa nada, seguro la obra debe ser buena".

Abrió Innuendo para dar paso a Radio Ga Ga... ¡Me quería morir! ¡Deformaron la letra de la canción! Aparté la producción era un asco, vestuarios sin chiste,  visuales ochenteros, un escenario prácticamente vacío.... Ni el espectáculo más barato de Las Vegas tiene esa calidad, y digo... El último musical que había visto era Wicked, se que en ese sentido había un parámetro alto, y eso que había estado muy renuente a ver  la historia de la bruja porque era una  traducción total, pero aún así me gustó más.

Acto a acto fueron mejorando, ya respetaban las letras y la escenografía no era tan fea, aunque la historia seguía siendo horrible y de repente salían chistes pésimos, resultado de la “adaptación”, cómo: “compré mi  traje en Suburbia” o soltaban expresiones en español cómo “está bien chido”.

Después de tres escenas desistí de ver los “defectos” y me dejé llevar por la música, la banda toca bien y que puedo decir de las canciones…. era éxito tras éxito y de Queen!!! Garantía total. Lo que me hizo reflexionar: ¿en qué momento me volví tan fan? ¿Y cómo es que me sabía todas las canciones?

Yo estaba ahí porque había invitado a uno de mis tíos como regalo de cumpleaños, ya que es la persona más fan de Queen que conozco, y por él había pasado toda mi infancia y parte de la adolescencia escuchándolos repetidamente, y aunque me resistía, hubo un punto de mi vida adulta en el que escuché Bohemian Rhapsody con atención y simplemente se convirtió en mi canción favorita de todos los tiempos. A partir de ese momento comencé a hacerles mucho más caso y era como si siempre hubieran sido parte de mi, sorpresivamente me vi a mi misma cómo una admiradora de la banda, no cabe duda de que por algo son grandes…

En ese momento lo entendí todo…. no importaba que la producción fuera un asco o que la historia no tuviera sentido, casi todos los que estaban ahí sentían verdadero amor por su música y disfrutaban escuchar esas excelentes canciones. Aparte ¿en que estaba pensando? Los asistentes eran todos contemporáneos, obvio la mayoría eran chavo-rucos, o rucos-rucos, ¡por eso se reían! Creo que la que estaba fuera de lugar era yo.

Al final salí muy contenta, porque veía feliz a mi tío y porque compartí la emoción de muchos de los asistentes al escuchar simplemente la música, porque… ¡que buenas canciones!

¿Ya había dicho que Bohemian Rhapsody es la mejor canción de la historia? Ja! Con sólo escucharla se puede comprobar. Y ¿Qué creen? ¡Si la tocaron! Era “sorpresa”, aunque en el fondo de nuestros corazones sabíamos que no podían omitirla, el cierre perfecto, salí con una gran sonrisa.


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