sábado, 22 de febrero de 2014

Second chances

El martes iba regresando del trabajo totalmente fulminada por el cansancio, lo único que quería era llegar a casa, cuando recibí un mensaje que decía "¿te quedaste con ganas de ver a Oso Leone? Hoy tocarán en el Pata Negra", que dilema! el lunes ya me había desvelado! Pero recordé mi sentir en el instante que entramos a Bahidorá sólo para escucharlos decir: "Gracias México" y caí de rodillas al piso con los brazos en el aire gritando: "Nooooo!!!", por la desilusión de no haberlos alcanzado. Así que respondí: "Voy para allá", la vida me estaba dando una segunda oportunidad y esas cosas no se desperdician.

Fue la mejor decisión, verlos en un ambiente tan íntimo me dejó fascinada. Me sorprendió el tramo de control del baterista, manejaba las secuencias, de repente metía algunos sonidos con diferentes instrumentos y combinaba perfectamente los efectos de su híbrido de batería acústica-eléctrica. La voz del vocalista era totalmente hipnótica y mostró el poder de una vasta pedalera muy bien utilizada. Y el bajista tocaba con una calma que se expandía por todo el lugar.

En conjunto producían un sonido etéreo, era sumamente cautivador, no quería que ese momento terminara, es difícil describir esa sensación tan tranquilizadora.

No faltaron los estúpidos borrachos que no paraban de hablar a unos centímetros del escenario o incluso el que molestaba al baterista distrayéndolo de su labor… pero bueno… creo que no me quedará más que acostumbrarme a esa mierda porque se está volviendo una constante en todos los conciertos.

De cualquier forma valió la pena por completo, terminaron de enamorarme, creo que no es una banda convencional y me gustó la forma en la que me sumergieron en sus canciones.

Confesaron que no querían irse de México y que seguramente volverían pronto, de verdad espero así sea.


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