jueves, 3 de abril de 2014

Sobrevive Latino

Me encantó el nombre con el que Panamérika tituló la serie de conciertos que sucederían después del festival, porque si la semana anterior no fue suficientemente intensa, ésta llegó con todo!

Tuve mucha suerte de que algunas bandas que quería ver, y no pude, hicieran presentaciones

El martes fui al Imperial.... En mi trabajo doy un curso sobre servicio al cliente y hay una parte en la que explico cómo las "sorpresas" negativas o positivas marcan la diferencia en cualquier tipo de experiencia, y para mi Aurora definitivamente fue algo que no me esperaba.

Yo iba con la única expectativa de ver a La Bien Querida, pero entramos justo en el momento en que Aurora comenzaba a tocar, desde la primera canción me fueron conquistando, salió el típico comentario de "oye suenan bien" y mi opinión se confirmaba mientras avanzaba la noche, tienen un sonido bastante fino, llegaron a recordarme algunas bandas emo que escuchaba por ahí del 2002, e incluso tenían sus toques de postrock. Si algo me gusta de una banda es que estructure perfectamente sus variaciones de ritmo, que sus valles y montañas estén tan equilibrados que no quisieras que terminaran,  y ese es el caso de los españoles.

Ya tenía rato que no veía una agrupación que expresará tanto como disfrutan ejecutar sus instrumentos, se mostraban realmente apasionados y conectados con sus composiciones y entre ellos, tenían una dinámica interesante, se mostraban tímidos ante el público pero tocaban con toda la seguridad y calidad del mundo.


Nunca había visto a La Bien Querida en vivo y esa fue una sorpresa más, desde que la vi entrar al lugar y pensé "Dios mío, su cabello me da miedo". Su sonido en directo es definitivamente más crudo de lo que me esperaba y vaya que me gustó, letras extraídas del corazón cubiertas por una densa oscuridad con guitarras completamente sucias.


Fue una pena que el audio tuviera tantas fallas, al punto de enfadar a Ana y a uno de sus músicos, yo no entendía bien el problema, por más que mi amigo trataba de explicarme, lo que sí fue que el micrófono tenía un vicio horrible que atropellaba su voz.

A pesar de todo disfrute mucho ambos actos, y el final fervoroso con Jota Planeta acompañándolos, sin duda algo que no vemos todos los días, es la ventaja de tener una gran comitiva española actualmente en nuestro país.


El miércoles toco Kakkmaddafakka en Caradura, hasta tuvieron doble función y yo no sabía, salí corriendo de la oficina para llegar temprano a conseguir los dichosos boletos. Cuando entramos ya estaba atascado de fans apasionados que casi los desnudan cuando ingresaron al lugar desde la pista.

Los conocí  gracias a los buenos comentarios de Erlend Oye, sin duda son divertidos, con melodías pegajosas coronadas con letras simples y directas, muy a la Withest Boy Alive, esperaba poder verlos en el Vive, pero su horario no ayudó en nada, afortunadamente la “segunda oportunidad” volvió a hacerse presente y pude apreciar a estos noruegos con su música caliente. Tuvieron el detalle de aprenderse unas cuantas palabras cliché en español que lograban hacerme sonreír, desde el “señoritas” hasta el “puta madre” o incluso “Caradura”, pero lo más gracioso fue cuando invitó a que dieran unos cuantos pasos atrás diciendo “You need to have respect for the ladies”.

Tienen canciones sumamente funk, y esas guitarritas tropicales que tanto me gustan, definitivamente hacen que la pases bien, aunque me hubiera gustado tener más espacio para poder “echar el dancing” sin embargo todos estaban enloquecidos, brincando y cantando, era un ambiente totalmente juvenil, creo que estaba sucediendo el mismo fenómeno que con Two Door Cinema Club, al ser una banda tan digerible se vuelve fácilmente aceptada por este público, de repente me sentía en evento patrocinado por Nikelodeon,  yo la pasé muy bien.


Me llama la atención cómo es que todas estas bandas de paliduchos escandinavos están haciendo música tan cálida y festiva, se vuelve un poco bizarro, pero es bien interesante ver a este tipo de agrupaciones que parecen traer el fuego por dentro, de hecho al ver la efusión de las niñas que estaban ahí me recordaron a mi misma hace 10 años exageradamente  emocionada cuando veía bailar a Erlend  “I’d  Rather Dance With You”.

Eso me hizo pensar…. El martes me sentía fuera de lugar porque la mayor parte de los asistentes parecían tener ya bastantes años “de experiencia”, y este día fue todo lo contrario, un 90% de participantes no contaban con identificación. No sé qué sucede, últimamente me fijo mucho en eso, cómo platicaba con un amigo: tal parece que estoy en un limbo generacional, afortunadamente la música en sí misma no hace diferencias y es una de las muchas razones por las que la amo, me encanta disfrutar de todas las variantes que tiene por ofrecer.

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