sábado, 12 de septiembre de 2015

Please remember me happily by the rosebush laughing

Este año no pude ver a Damien Rice pero la vida me lo compensó con la noticia de Iron & Wine en México.

El miércoles estaba por salir de mi casa hacia el Lunario cuando me invadió un miedo tremendo porque sabía que esa noche iba a llorar de emoción.... Y mucho.

No esperábamos que fuera a abrir alguien, pero Torres de Hanói nos dio la sorpresa. Desde la segunda canción se unieron a mi lista de bandas nacionales por seguir, me gustó lo que hacen, no es un estilo tan común y tocan bastante bien. Me dio mucha risa cuando les gritaban "¿Y cómo se llaman?, Repitan su nombre".


Cerca de las 10 de la noche un hombre de prominente barba ocupó el escenario, era Sam Beam explicando lo feliz que estaba de pisar nuestras tierras y nos dio la premisa de que sería un show divertido.

Algo que llamó mi atención fue lo pequeña que era su boca, parecía un punto perdido en la inmensidad de su vello facial, como muñequito kawaii y aun así lograba que lo que salía de ella fuera muy potente, su voz es muy linda y tiene la capacidad de cantar en diferentes rangos.

Yo seguía con ese temor de pasármela berreando todo el concierto, más cuando me percaté de los focos que colgaban del techo, anunciando un ambiente íntimo.

Después de la breve ilustración de cómo sería el show, me tranquilice por un momento, pero en eso.... Puuum!!!! Abre con "The Trapeze Swinger"!!! Era la primera canción y las lágrimas ya estaban saliendo, cuando terminó me vi aplaudiendo y gritando como loca.


Después de ese golpe bajo la noche transcurrió entre muchas bromas como si fuera stand up comedy; mi favorita: cuando un tipo le grita con un acento entre norteño y gay: "Te amo! Ya te dije wey!" Y consiguió que Sam se soltará a carcajadas, como en otros momentos en los que incluso tenía que interrumpir las canciones porque le ganaba la risa, la cual por cierto es sumamente contagiosa.

Así fue todo el show, entre risas y llanto porque a pesar de que fue muy divertido es Iron & Wine!!! Habían canciones tan emotivas que te ponían la piel de gallina, tiene esa dulzura que logra hacerte sentir algo fuerte incluso con letras que hablan de cosas totalmente vanales.

Yo creo que sí me hubieran tomado una foto habría salido con unos ojos de corazón gigantes, me sentía brutalmente enamorada y había momentos en los que la mirada de Sam se cruzaba con la mía obligándome a sonreír. 

Me di cuenta que a nuestro rededor había mucha gente sola, y eso me pareció extraño, era el concierto perfecto para romancear, como ejemplo a mi derecha tenía una chica súper fanática y a mi izquierda un tipo aproximadamente de su edad gritando un montón de nombres de canciones ¿porque estar solos sí todos buscamos lo mismo? ese sentimiento que caliente nuestros corazones y alguien para compartir momentos especiales. Como justo nos lo estaba diciendo la canción: "…Love is the best sentation…".

Me pareció muy gracioso cuando tocó "Such Great Hights" y se escuchaba un coro de susurros, todo el mundo quería cantarla pero nadie se atrevía a opacar su voz. La he escuchado miles de veces y no le había prestado atención al hecho de que cuando estas realmente enamorado el resto del mundo te puede decir "cálmense, que intensos" pero cuando es real eso no importa, simplemente... Se quedan.

En fin... Por más que el público trataba de respetar la presentación de Sam, en "Naked as We Came" no pudieron resistirse a corearla.

Yo estaba sorprendida de como sentía su propia música, parecía que su guitarra era una extensión de su cuerpo y re vivía cada palabra que decía y cada acorde que tocaba, se veía muy contento, pero en "Low Light Buddy of Mine" se notó que realmente lo estaba disfrutando.


Cerró con broche de oro "Flightless Bird, American Mouth" y quedamos con ese sentimiento de buscar que ese instante se prolongara indefinidamente.

Muuuuy bonito concierto lleno de emoción, llanto, risas y cursilería.

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