jueves, 18 de abril de 2013

Happy Coachella - Parte 1

Esta es la primera entrada de este blog, el cual espero tener tiempo de continuar ya que me permite sublimar un par de cosas de mi cabeza.
Me doy el lujo de escribir porque siempre me ha gustado  y en este momento hay un buen pretexto para hacerlo: La experiencia Coachella.
Afortunadamente muchas personas han tenido el placer de vivirla, y en esta ocasión yo tuve la fortuna de experimentarlo por primera vez.
¿Qué hace tan especial este festival a comparación de otros? En mi caso, el poder vivir un fin de semana 100% dedicado la Música, porque en realidad sólo duermes y comes para poder ir por un poco más.
Creo que principalmente hay 3 tipos de asistentes: aquellos que van porque simplemente pueden hacerlo y quieren pasarla bien, agarrar una buena fiesta y divertirse con sus amigos; algunos más van por lo que implica el evento, acampar, tal vez llevar a sus hijos, preparar una parrillada, tomar el sol, etc. Y hay otros (quienes creo la tienen más difícil) que van únicamente por el amor a la música.
El tercer día del festival mientras esperaba por más de 2 horas en fila para poder tomar un baño escuché a una chica que decía “cuando me pregunten si recomendaría el festival voy a decir que si te gustan las experiencias extremas entonces es para ti, porque tendrás calor cabrón, frio cabrón, caminar cabrón y todo pasa tan rápido que no tienes tiempo ni de asimilarlo”. No pude estar más de acuerdo.
Sea cual sea la razón por la que asistas seguro es una buena experiencia  y cumple su cometido, sin embargo creo que la importancia que le des a las cosas garantiza el grado en el que te cansas estando ahí.
Afortunadamente los escenarios están todos relativamente cerca (algunos más que otros) y eso te da la libertad de desplazarte rápidamente, lo cual es sumamente necesario ya que todos los horarios están empalmados y si quieres tener la oportunidad de ver la mayor parte de presentaciones tienes que estar preparado para correr y correr.
La magia comienza cuando llegas al campamento, tienes que esperar unas cuantas horas para poder entrar, ya que “inspeccionan” todos los autos,  mientras tanto hay gente tomando, bailando, jugando cualquier deporte, o simplemente cotorreando, si vas con muchos amigos creo que es el momento en el que te das cuenta que realmente comienza la fiesta.
Si vives cerca seguramente ya vas con todo, listo para montar tu campamento rápidamente y comenzar a bailar, sin embargo si ya llevas un viajecito de unas cuantas horas cómo fue mi caso, lo único que quieres es prepararte para dormir y comenzar actividades al día siguiente.
 Sin embargo decidí al menos dar una vuelta de reconocimiento, llegamos aproximadamente a las 9:30 pm del jueves, entramos a las 11:30 pm y por ahí de la 1 am ya estaba lista para ver que había alrededor. Encontramos mucha gente divirtiéndose, y algunas de las estructuras características del festival que ya nos anunciaban lo que esperaba en los siguientes días, comenzaba a emocionarme, sin embargo el cansancio sólo me permitió dar unas vueltas y volver a dormir.

Para los demás la fiesta duro toda la noche y al día siguiente pude ver  los rastros de devastación en los campos, latas de cerveza por todos lados, gente dormida hasta en el piso y mucha gente con resacas industriales.
En fin... Yo había decidido que haría uso de las duchas VIP porque prometían agua caliente y mayor espacio, pero resultó ser un robo, todavía no estaban listas, nos hicieron bañarnos con agua fría, no nos regresaron en dinero y ni siquiera tenían vestidor. Por eso al otro día preferí ir a las gratuitas y resultó que estaban mucho mejor!! Tenían espacio para cambiarte, eran automáticas y con agua caliente, no podía pedir más, desafortunadamente ya llegué algo tarde y la fila era enorme, por eso tuve que esperar literalmente horas formada, sin embargo esos fueron mis momentos favoritos en todo el fin de semana, cuando volvía a tener contacto con el agua  y me sentía limpia nuevamente, nunca había disfrutado tanto el baño como esos días.
Vale la pena tocar ese tema de los baños de una vez, ya que personalmente fueron una pesadilla, al menos había papel y gel sanitizante, pero a mí me habían prometido baños regulares, no letrinas, y en las noches ya estaban muy sucios y lo anterior se había terminado, era lo peor!!! Tenías que ingeniártelas para hacer del baño sin ver nada y evitando tocar cualquier cosa, muy complicado. Pero ni modo, por eso es bueno ir prevenido.



Otra cosa que disfrute bastante fue la comida, pudiera parecer extraño, pero soy fan de la “comida americana” o diciéndolo francamente la comida chatarra, yo podría vivir comiendo pizza, gyros, y chilli dogs, las papas fritas con cangrejo resultaron ser una delicia, y la limonada con frambuesa ni se diga. Tenía todo lo necesario para llenarme de calorías y poder seguir con la caminata.

En cuanto al clima si hacía mucho calor en el día y frio por las noches, sin embargo no fue tan intenso como creía, nada que un buen bloqueador, ventilador, sombrero y suéter no pudieran solucionar. Sin embargo el último día se soltó una tormenta de arena que si resultó conflictiva, era tan fuerte que los ojos te dolían y cuando te golpeaba en las piernas te lastimaba, era complicado desplazarse de esa manera, pero bueno… gajes del oficio.

El ambiente en general era muy divertido, había mucha gente disfrazada o al menos con vestimentas fuera de lo común, cero inhibiciones, mucha gente escuchando y pasándola bien. Sin embargo en los shows era un tanto extraño, la gente no parecía tan emocionada, no cantaban, no bailaban, y si lo hacían era de manera muy relajada, creo que ahora entiendo porque todo el mundo dice que el público mexicano es muy intenso. Aunque creo que también tiene que ver con el esquema de festival, simplemente estaban escuchando para ver con que se podían encontrar, aunque cada quien estuviera en su onda. Para mi resultó muy cómoda esa situación porque era fácil acomodarse en los escenarios y disfrutar sin problemas. Y de vez en cuando si nos tocaba estar pos zonas donde había gente con la actitud a todo lo que daba.
Socializar es muy fácil, todo el mundo te pregunta cosas y tú haces lo mismo, en una de esas encontramos un celular y cuando apareció el dueño estaba tan agradecido que nos invitó unas pastillas y a unirnos a su grupo. Conocimos a un señor que a sus cincuenta y tantos años sigue dándole al rock y nos conto de sus 6 años de Coachella. Incluso una familia nos invitó a bailar en el escenario con los RHCP, al final alguien de su equipo no nos dejó cuando estábamos en las escaleras del escenario, pero ni hablar.
Una vez que entras al venue es cómo cuando Dorothy llega a Munchkinland en el Mago de Oz, muchos colores, mucho campo, mucha emoción.


En cuanto a la música, yo llevaba una lista inmensa, previamente estructurada para tratar de ver lo más posible, pero en la realidad no sucedió, había momentos en los que estaba tan cansada o resultaba tan complicado ir de un escenario a otro que prefería saltarme cosas, algunos que si me dolio no haber visto fueron: Robert DeLong, Jake Bugg, Purity Ring, Jurassic 5 y DIIV. Espero no haberme perdido de mucho.
A continuación enlistaré a los que si vi en el orden que más me gustaron:
1.    Sigur Ros:
Si pudiera los enlistaría 5 veces seguidas, me cuesta trabajo traducir en palabras lo que sentí ese día, a pesar de que ya había escuchado un par de canciones en el fallido Festival Colmena, esta vez fue diferente, un set completo aunque en formato de festival y sin Kjartan Sveinsson, pero aun así me hicieron sentir. Mientras escuchaba me costaba trabajo abrir los ojos, mi cuerpo reaccionaba involuntariamente a la música y sólo podía escuchar mientras sentía el cambio de luces a través de mis parpados, mis músculos se tensaban y se destensaban al fluir de la música, en momentos comenzaba a llorar y en otros sentía que me desvanecería en el piso. Un concierto que duró un poco más de una hora y para mi transcurrió cómo si hubieran sido 2 minutos.
Debo de admitir que si se nota una ausencia, no soy de las que dan mucha importancia a los miembros de una banda, sin embargo cuando es una parte fundamental, sí llega a ser evidente, creo que de cierta manera se eliminó un lado dulce de su música.
Cuando escuche Brennisteinn por primera vez me imaginaba que su presentación en vivo sería totalmente oscura y que probablemente cambiarían su esencia, afortunadamente esto no sucedió, habrá que esperar a escuchar el nuevo disco. Sin embargo lo que pude ver en su presentación me dejó más que satisfecha y sin habla por un buen rato. Una de las chicas que platicaban en la fila de las regaderas también comentó: “Todavía estoy en shock por Sigur Ros, siento como si no estuviera a dentro de mi cuerpo, cómo si todo fuera un sueño”. Para mí fue algo así, sentir cómo el tiempo se hacía más lento, observar cada detalle del ambiente, la luz, las cosas que llevaba el aire, su sensación al tocar mi cuerpo, cada sonido intensificado, ganas correr y gritar, definitivamente como estar en un sueño.

2.    Savages:
Si tuviera que elegir una palabra para describirlas definitivamente sería ENERGÍA, esa extraña energía oscura que se mete en las entrañas y te agita sin que siquiera te des cuenta.
Seguramente si hubiera encontrado a esas 4 chicas abajo del escenario nunca me hubiera imaginado de lo que serían capaces de transmitir con su música.
Lograron refrescar un género que al parecer había quedado escondido entre tantos elementos electrónicos, para volver a su origen, sucio, natural y sin pretensiones.
Seguramente pronto se pondrán de moda y escucharemos de ellas en todos lados, sólo espero no pierdan su esencia y logren seguir sorprendiendo.

3.    Alt-J
Sinceramente creo que es una banda que merece todo el ruido que en su momento se le hizo, a pesar de tener un solo disco, es de esos que puedes escuchar de principio a fin y sabes que todos los tracks podrían ser sencillos. Su presentación en vivo fue exactamente igual, una buena canción tras otra y  que obligaban a moverte, la ejecución era impecable y dejaban un sentimiento de bienestar y buena onda que pocas bandas logran transmitir sin caer el lo dulce.

4.    Local Natives
Para mí fue la sorpresa del festival, aunque ya me gustaban e  iba con toda la intención de verlos, su presentación me dejó bastante sorprendida. Cuando aún estaba lejos del escenario su música simplemente me atrajo hacía ellos, lo hacían muy bien, todos los instrumentos entraban en una armonía interesante junto con ejecuciones bastante  buenas, poderosas líneas de bajo que parecían guiar las canciones. Vale la pena verlos en vivo porque demuestran mucho más de lo que podrían hacerlo en disco.
5.    The Postal Service
Para quienes me conocen pudiera parecer extraño que se encuentren en esta posición, sin embargo me atrevo a decir que la ya aclamada frase de Ben Gibbard al inicio del concierto: “we're an imaginary band called The Postal Service”, en mi caso aplico perfectamente, pero no de manera positiva. Creo que gran parte de la magia de Postal Service era toda la incertidumbre que existía a su alrededor, su historia, su falta de interés por hacer presentaciones en vivo y la simple idea de no entender muy bien cómo habían logrado generar un producto tan increíble, como iniciaron una escena que actualmente es tan fuerte y sin ellos no hubiera existido. Y el verlos en vivo de cierta manera me quitó eso, no había complicidad entre ellos, y Ben, siendo el frontman que es, no logro transmitir a la audiencia. La gente que estaba a mi alrededor parecía más emocionada entes de que comenzara que durante el concierto. No sé, tal vez tenía grandes expectativas ya que ellos eran una de las razones por las cuales había decidido hacer el viaje. Quiero pensar que tiene mucho que ver el ambiente de apatía que se vivía en todas las presentaciones. De cualquier forma fue muy especial ver concretado ese sueño y poder escuchar gran parte del magistral “Give up” en vivo, aunque me quedo con esa banda imaginaria.

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