domingo, 28 de abril de 2013

Mi primer Sofar Sounds


La promesa era... "Reunir amantes de la música, bajo el techo de una sala secreta hecha venue, para escuchar las frescas propuestas de talentos en ascenso." Desconoces el line up y el lugar en el que se realizará.
Cuando consigues una invitación incluso te ponen algunas reglas: no puedes entrar después de la hora de la cita, no puedes hacer ningún ruido mientras las bandas se encuentran tocando y no te puedes ir hasta que termine la última banda.

Ese día tenía mucha ansiedad, no sabía cómo iba a ser, incluso pasó algo gracioso porque al buscar la dirección en Google Maps no logré encontrarla y eso le ponía más emoción a la experiencia.
Gran parte de lo que prometían se cumplió, aunque todavía dudo de "los amantes de la música", la realidad fue que la mayor parte de los invitados eran amigos y vecinos de los dueños de la casa y las organizadoras.
La logística no fue tan exacta como decían, yo llegue a las 8 en punto para no tener problema con la entrada y la primera propuesta comenzó más allá de las 9. Mientras esperábamos, aquello parecía más una reunión social y una buena oportunidad de hacer contactos. Pero en fin.... Al momento del show todo volvió a tener sentido y era gente interesada en escuchar y conocer.
 

Algo más que me parece de valor, es que la red de músicos en la ciudad se va enriqueciendo, se escuchan unos a otros y logran compartir experiencias, conocer algo más y quizá hasta interesarse en colaboraciones, incluso me toco ver como platicaban sobre técnicas de ejecución. Todo esto resulta un plus muy valioso si eres uno de los participantes.
Creo que el espíritu del movimiento ingles sigue presente aunque aún falta trabajar un poco más en la logística general y en buscar que los asistentes sean verdaderos melómanos.
En cuanto a las propuestas, me dio gusto ver que en realidad eran algo diferente a lo que escuchamos en la radio todos los días. Me atrevo a decir que sí el evento hubiera sido temático el eje conductor hubiera sido la voz, un elemento que para mi gusto destaco en cada uno de los actos.

Fishlights

La versión acústica del proyecto de Fernando
Heftye dejo ver una parte más sensible y romántica de lo que ya le conocía, para convertirse en un artista 100% folk que sin pretender ser nada más que eso, generó una atmósfera cálida y emotiva. Vale la pena escucharlo de esta manera y en estudio con todos los elementos.



 Haciendo el Mal

Una lástima el pésimo sonido que tuvieron, no se pudo apreciar lo bonito de su propuesta, se perdió la armonía y parecía que no tocaban bien, cuando justamente ese juego de voces es lo que las hace especiales. Si dejamos de lado ese tema situacional, “Haciendo el Mal” es una propuesta que en lo personal me transporta a climas invernales y montañosos, en los que estar o no enamorado da lo mismo, pero existe un sentimiento único que te hace disfrutar su música.



Coyoli
Otro acto diferente, donde nuevamente las voces destacan, al presentarnos un folk mucho más clásico con sonidos inusuales y la inclusión de ritmos españoles e instrumentos cómo el acordeón el cello y el contrabajo.



Simplifires
En lo personal nunca han logrado cautivarme, pienso que es una banda convencional, sin embargo, el haber tenido la oportunidad de presenciarlos tan de cerca y con atención me dejo ver la gran camaradería que tienen en el escenario, lo que logra un sonido homogéneo y con buenos ritmos.



Como siempre digo, lo mejor es que cada quien forme su propia opinión:
https://soundcloud.com/simplifires/unsupervised

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