Las Deap Vally no sólo se reivindicaron conmigo, lograron ganarse mi corazón después de su presentación en el Corona, me demostraron que no sólo estaban jugando a ser sexys y tener una banda, son mucho más que eso, sus canciones fácilmente pueden convertirse en “himnos” de la mujer a la que no le gusta que le vean la cara de pendeja (por más cliché que parezca) con melodías simples, ruidosas y directas.
Con mi amor revivido por estas chicas fui a verlas a una fiesta secreta organizada por Discos Tormento en el Condesa DF. El lugar no podía ser más perfecto, por fuera un hermoso y lujoso hotel y por dentro un pequeño sótano oscuro que sería el escenario ideal. La vibra era increíble, literalmente “underground” cómo ver a cualquier banda en sus inicios.
Las canciones están muy bien equilibradas, hay momentos en los que la guitarra de Lindsey me envolvía totalmente y otros en los que el ritmo la batería de Julie era el que me llevaba, pero todo junto era un combo ganador.
Sin duda fue una presentación totalmente especial, lástima de los mala copa (aún no entiendo porque no los sacaron) que comenzaron a empujarnos sin sentido, a estorbarle a las chicas y a pelearse en medio del show (tal cual, justo en medio de Lindsey y Julie), si no hubiera sido por eso hubiera sido simplemente perfecto.
De cualquier forma las Deap Vally fantásticas, me demostraron que hay cosas a las que sí vale la pena darles una segunda oportunidad.
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