sábado, 5 de octubre de 2013

Rock Chavitos

La semana pasada fui al “Pruuuuudence Feeeeest”, así es! El festival de los condones!. Tenia añísimos que no iba a un evento de este tipo y en automático la referencia inmediata fue “Rock Chavitos”, no sólo yo lo pensé, también los amigos con los que iba coincidieron en la relación. 
Me llené de flashbacks de mis 14 años dónde solía asistir a ese tipo de conciertos y era la más feliz del mundo. Era interesante ver a las nuevas generaciones haciendo lo mismo que nosotros entonces, más uno que otro colado como nuestro caso, que en esa ocasión íbamos principalmente a ver tocar a un amigo que formaba parte de cartel.
Entramos justo a tiempo para La Fridha, a quienes había visto en su faceta de bares y ni siquiera los reconocí, tenían un look completamente diferente. No tocaron nada mal, muchas de sus canciones tienen coros bastante pegajosos, que sinceramente no le piden nada a las bandas de la “escena nacional”. Incluyen muchos estilos y ritmos súper diferentes, lo que es bastante arriesgado, pero para mi gusto lograron integrarlos bastante bien. Parece que ya tienen una base de fans definida, así que ya veremos cómo va creciendo.

Siguió Jauría, no los recordaba, pero cuando subieron al escenario  supe que en algún momento de la vida ya los había visto, era el instante rudo de la noche, naturalmente no es mi hit, pero a lo lejos escuché que tocaron “No me Arrepiento de éste Amor” de Attaque 77!!! Fui muy feliz y entonces llegaron más recuerdos, ahora de mis 13 años, cuando era una de mis bandas favoritas. 
Después escuchamos a La Banderville, lo que más me llamó la atención de ellos fue su sección de metales, ya tenía tiempo que no veía una banda que incorporara una buena cantidad.
Posteriormente llegó Allison a regresarme a los 15 cuando abrían casi todos los conciertos de Austin y yo siempre pensaba: “pero que feo tocan” y aun así me sabía todas sus canciones, me dio mucho gusto ver cómo evoluciono su ejecución, se escucha una muy clara diferencia de entonces a ahora, estuvo divertido escuchar sus viejas canciones “más mejoraditas”. 
De lo que más quería ver ese día era Jumbo, quienes me transportarían a una etapa de  mi vida un poco más amplia, entre los 15 y los 19 años, fue una de las bandas que más frecuentaba junto con toda la avanzada regia, fue un momento especial de recordar grandes canciones y grandes momentos. Hasta la fecha no supero la partida de Eddie, quien para mí imprimía gran parte de la personalidad del grupo, es notorio el paso de los años en ellos, ahora son todos unos señores que lograron emocionarnos cómo adolescentes.
Quede positivamente sorprendida con Paté de Fuá, creo que están tan inmersos en México que ni siquiera sabía que eran argentinos, tienen un estilo que definitivamente no me esperaba, era cómo un viaje por distintos países europeos, sin dejar de lado el tango que seguramente traen en las venas. En general me hacían sentirme parte de una película infantil de animación Belga. La incorporación de diversos instrumentos era lo que para mí los hizo destacar, ya tenía tiempo sin escuchar un acordeón que hiciera tanto sentido con lo que estaban tocando, de igual forma el serrucho,  que juntos aportaban una calidez que es bien difícil de conseguir.
Las canciones viejas de División Minúscula estarán siempre en mi corazón, aunque las últimas veces que los he visto me aburro un poco porque lo nuevo no me encanta, sus éxitos del pasado siempre me ponen a cantar, aparte creo que actualmente tocan muy bien. Fue un buen aporte para la diversidad de géneros del día.

Tenía curiosidad de ver a Hello Seahorse, a quienes les había perdido un poco la pista cuando cambiaron tan radicalmente de estilo. Desde que iniciaron me quedo claro que ya eran otra banda, pasaron de la luz radiante llena de arcoíris a una oscuridad tenebrosa, afortunadamente no tocaron canciones de su primer disco, aunque son mis favoritas, habría sido totalmente incongruente, sin embargo tocaron un par del segundo en versiones un tanto extrañas, que hubiera preferido respetaran su espíritu original. Gran parte del concierto sentí que estaba en uno de Ely Guerra, no podía dejar de relacionar las voces, aunque en realidad son diferentes.

En momentos no entendía mucho la relación de ese sentimiento lúgubre sumado a percusiones y bases bastante rítmicas, la mayor parte del tiempo me sentía en una especie de transición de la banda, justo en esta parte gris en la que aun no se acomodaba del todo lo que querían hacer, pero fue hasta “No es que no te quiera” que encontré un estilo bien definido en el que todo cuadraba y a partir de ahí comencé a disfrutar de éste nuevo Hello Seahorse.
Los Amigos Invisibles cerraron la noche, también tenía muchos los que no los veía y por lo que recordaba mis expectativas no eran muy altas, pero en cuanto salieron del escenario aquello se volvió una fiesta, me encantó la inclusión de clásicos noventeros para iniciar sus canciones y el tecladista en definitiva fue lo mejor para mí, su forma de bailar, de aplicar el air guitar, de quitarse la ropa... Jajaja, todo un personaje.
Algo más que me gustó fue que los instrumentos, en especial la guitarra, tenían su propia voz, incluso a ratos el guitarrista imitaba su sonido contagiándonos el ritmo. Era imposible no ponerse a bailar, fue perfecto para cerrar la noche.

1 comentario: