domingo, 3 de noviembre de 2013

La experiencia del vinyl

Hace tiempo un amigo me preguntó: “¿Por qué compras vinyles? ¿Se escuchan mejor?” La respuesta en ese momento fue: “definitivamente no, pero tienen un sonido especial”.
Es difícil explicar a que me refiero con eso, pero después de visitar unas cuantas tiendas de discos creo que tengo una mejor respuesta:
Primera parada: Amoeba Music, Los Angeles.
Se ha vuelto una visita obligatoria para todos los amantes de la música si llegas a estar en la capital del entretenimiento o alguna de sus sucursales. Yo planee mi itinerario con mucho cuidado para poder estar ahí al menos un par de horas. Me pareció gracioso cuando le pregunté al guía del tour en el que iba si podía bajarme en una parada que no estaba consideraba porque quería ir a otro lado, me dijo: “déjame adivinar…. (hizo una especie de manos mágicas) Amoeba!!!”, no sé qué lo hacía tan evidente, pero tenía razón, fue súper amable al conectarme con otro conductor para que pudiera llegar incluso un poco antes de lo que tenía considerado.
Desde que vi el edificio por fuera me pareció que tenía algo, no sé qué… se veía viejo y un tanto descuidado, pero aun así me invitaba a entrar, desde que puse un pie en su interior quedé sorprendida, no podía creer la cantidad de artículos que habían ahí, no sabía ni para dónde voltear, loncheras vintage, discos, vinyles, películas, libros… enloquecí, 3 horas no fueron suficientes para husmear mientras me emocionaba con todo lo que encontraba, aunque debo admitir que no tenían la mayoría de los acetatos que estaba buscando. De cualquier forma era cómo contemplar la historia de la música en un solo lugar, fue una sensación bien extraña, me remontó a mis tiempos de adolescencia dónde podía pasar horas en tiendas discos, costumbre que hace varios años ya había perdido. Cuando llegué a la caja me percaté de que era mi primer día en la ciudad y ya había gastado prácticamente todo mi presupuesto, pero sin duda valió la pena.




Segunda parada: Everyday Music, Seattle
El letrerito era muy lindo, pero faltaron unos cuantos pasos para darme cuenta que nuevamente se trataba de un lugar nada glamouroso, supuse que así lucian ahora las tiendas de discos y en parte es lo que las hace especial, evidentemente la colección era mucho más pequeña y ahí si no encontré nada que no hubiera comprado ya.


Tercera parada: Jive Time Records, Fremont
Desafortunadamente por los horarios que tenían no pude entrar al anexo en el Vintage Mall dónde tengo entendido estaban gran parte de los títulos, sin embargo pude ver la parte principal de la tienda, totalmente diferente a las 2 anteriores, mucho más cuidada y estilizada, pero el sentimiento de nostalgia seguía siendo el mismo! Y ahí fue donde lo entendí todo.

¿Por qué las tiendas tienen ese efecto de desolación? Es una realidad: muy poca gente compra discos, ¿Por qué habríamos de hacerlo si podemos conseguir la música sin salir de nuestras casas? Cómo dijo Josh Resenfeld en la conferencia de Barsuk: “Los CD’s murieron y mucha gente piensa que la salvación de la industria está en los vinyles, pero yo sé que no”. Y entonces ¿Por qué piensan eso? Después de las experiencias previamente relatadas lo sé: porque ir a una tienda de discos se ha convertido en una gran experiencia, y las placas ahora son más una especie de arte objeto, es algo que atesoras y tiene un valor diferente al que tenían antes, ahora escuchas la música antes de comprarla y cuando lo haces es porque seguramente tiene un valor agregado tenerlo en físico. Un ejemplo es el “In the Aeroplane over the Sea” de Neutral Milk Hotel que compré por esos días, ya tenía el CD pero su portada se me hace tan bonita que no pude evitar adquirirlo en formato de 12 pulgadas, aparte creo que es justamente uno de los géneros que se escuchan mejor en tornamesa porque le da un toque de melancolía y añejamiento extra.
La experiencia no se queda en su adquisición, cómo comentó Ed Rose en uno de los podcast de Matt Pryor: “Es una forma diferente de escuchar música”, y el mismo Matt da en el clavo al decir que en un mundo tan digitalizado es la mejor forma de tener algo realmente tangible,  aporto algo más que no había pensado: la secuencia, el lado A tiene un mood diferente que el B y la forma en la que puedes jugar con eso no la encuentras en un CD.
Yo creo que los LP’s  te obligan a tener cierta interacción con la música, el simple hecho de sacarlo de su sobre, observarlo, limpiarlo, colocarlo con cuidado, cambiar de lado…. Por más tonto que parezca todo este protocolo te hace participe de “la experiencia” de escuchar un disco, no es sólo poner cualquier cosa por tener un sonido ambiental, y creo que ahí está mi respuesta, cuando amas la música disfrutas las situaciones que te ponen en contacto con ella.
Yo tampoco creo que el futuro de la industria este ahí porque no todos lo valoramos de la misma manera, sin embargo creo que seguirá siendo una opción para aquellos que consideramos valioso este tipo de acercamientos, el arte, el objeto y sobre todo “el ritual”.

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