martes, 19 de noviembre de 2013

La gente buena sólo goza nunca hay pena ¿pa' que sufrir?

A diferencia de otros conciertos, ésta vez me tardé en decidir sí ir o no a Devendra Banhart, me gusta muchísimo pero tenía pensado ir con un amigo, desafortunadamente no pudo venir a la ciudad y eso me hizo emberrincharme, aunque después de conocer algunas opiniones de la primera fecha no pude resistirme y terminé yendo a la mera hora.
Ya había hecho otros planes, así que estaba en el centro con un par de amigos cuando de la nada salí corriendo al Plaza Condesa, el tráfico era horrible y mi entrada en esta ocasión no fue nada triunfal ni elegante, llegué 20 minutos después de que había empezado, avanzaba rápidamente esperando encontrar boleto, una vez dentro seguí en el rush para comprar algo de tomar y encontrar a un cuate que ya estaba ahí, todo en cuestión de minutos. Pero una vez frente al escenario me bastó respirar profundamente para dejarme envolver por la tranquilidad de la música.
De las veces que había visto a Devendra ésta es la que más me ha gustado, me llevó de la tristeza más profunda a la felicidad extasiante, y me refiero a emociones recónditas no estados de ánimo manipulados únicamente por el ritmo, era algo más allá.
Definitivamente es un compositor que deja ver sus vivencias en las canciones y aunque las letras en ocasiones no tengan mucho sentido la música las rebasa y lo deja todo claro.
Al parecer este nuevo look ha dejado a muchas enamoradas ya que la mayor parte del tiempo podían escucharse los gritos femeninos cual adolescentes, creo que ni en el concierto de Hanson (en su faceta de adultos) me había tocado ver algo así.
Aunque me perdí un par de canciones el resto del show valió mucho la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario