martes, 21 de mayo de 2013

Hace casi un año....

Encontre en mi mail algo que escribi el 6 de junio 2012, despues del concierto de Mogwai en el Plaza Condesa...


Hoy veníamos en el coche y Leonora comentaba en la radio "ayer fue el concierto de Mogwai, estuvo increíble, muy ruidoso, dicen que una de sus especificaciones técnicas es que todos los instrumentos estén hasta arriba, entre 17 y 18 y se notaba! para bien, eso es lo que hace que sea una banda de post rock con la que no te aburres en ningún momento, aunque también tiene mucho que ver su público, es gente que va realmente por la música, que le pone atención, la vive y la disfruta"
¿Cómo lo viví yo?
Hace tiempo no tenía una experiencia así, es como si todo se hubiera conjuntado para que se diera de esa forma, la gente era diferente, estaban emocionados y expectantes, me llamó la atención cuando llegó una persona invidente y dije: “wow”, no puedo ni imaginar cómo ha de sentir esto, hace poco leí un comentario: "la música instrumental puede hablar por si sola y hacerte sentir cosas que de ninguna otra forma podrías sentir" y así es, esa persona iba al concierto a escuchar y a dejarse llevar por esa magia, sin más.
Las luces fueron bajando poco a poco, no podías alcanzar a ver a la gente que estaban a tu alrededor, costaba trabajo caminar entre la multitud, de repente... oscuridad total, salen al escenario, no podía ver nada más a que a esas personas iluminadas a lo alto. Desde la primera canción lograron envolverme, me sentía totalmente mareada, entre al alcohol, la oscuridad, los lásers, y la música parecía que iba perdiendo cada vez más la conciencia. Todo el ambiente olía a marihuana, era agradable, había una sensación de tranquilidad envolviendo el estruendoso sonido, el volumen a todo lo que daba, había momentos en los que sentías que se te reventaría la cabeza pero no por eso dejaba de sentirse esa paz. No podía parar de cerrar los ojos y dejarme llevar, así pase la mayor parte del concierto, de repente los entre abría y sólo veía a la banda, los rayos de luz,  leía Marshall y Orange por todos lados, pero nada era claro, sólo sentía como vibraba mi cuerpo cada vello, cada poro, todo..... baquetazo tras baquetazo suavizado por las dulces notas de las guitarras, y en contadas ocasiones una voz distorsionada por un vocoder.


De repente llega esa sensación de estar en una película escuchando el soundtranck que acompaña cada momento de la existencia, era como ver lo que pasaba desde otro lado, era como estar escribiendo una historia al compás de la música, era difícil saber que era real y que no, escuchaba "Take me Somewhere Nice" mientras la persona que me tomaba de la mano me regaló un dulce "I will" al oído, era como un sueño, mientras más se acercaba el final más nos aferrábamos a quedarnos en ese momento, con esa emoción y con ese sentimiento.

Tuvimos que volver a la realidad…. Sin embargo fue simplemente perfecto cómo sólo la música puede serlo.

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