Uno de los shows que con más ganas me quede de ver en Coachella fue el de Robert DeLong.
Sinceramente nunca he entendido la gente que disfruta viendo presentaciones de algunos DJs que muchas veces no hacen nada más que levantar las manitas esperando que la gente reaccione a ello. Es una de las razones por las que no me encanta mucha de la música electrónica (principalmente la que implica eso y repetición infinita de beats)
Pero ¿qué pasa cuando llega un niño que se llama a si mismo DJ y tiene toda la influencia de bandas indie y escuela de baterista? Un producto sin duda electrónico pero con toques muy marcados de rock y pop, si a eso le sumamos que utiliza artículos extraños para crear su música, cómo controles de videojuegos y canicas, debe ser bastante interesante verlo en vivo. Para mí esa clase de DJ sí que vale la pena.
Siempre he tenido cierta fascinación por los one-man band y está definitivamente no es la excepción, verlo correr de un instrumento a otro, cambiar rápidamente de elementos y bailar al mismo tiempo. Simplemente me encanta! Es de esas cosas que son tan pop y tan buenas que no pueden evitar hacerme mover los pies.
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